Trabajar y entrenar, así es posible hacerlo sin morir en el intento
La clave es la consistencia. Si incorporas el ejercicio en tu rutina diaria, se convertirá en un hábito saludable.
¿Trabajar y entrenar? ¡Absolutamente! A pesar del regreso a la oficina, es posible mantener una rutina de ejercicio y crear un estilo de vida saludable. El cambio hacia la cultura del trabajo remoto ha transformado la forma en que vemos el equilibrio entre trabajo y ejercicio. Aquí hay algunas estrategias para lograrlo.
El regreso a la oficina no significa que debas renunciar a tu rutina. Con planificación y organización, puedes encontrar tiempo para mantenerte activo a pesar de tus responsabilidades laborales. Es cuestión de priorizar tu salud y bienestar.
En lugar de intentar encajar rutinas de ejercicio de 45 o 60 minutos en tu día de trabajo, concéntrate en sesiones más cortas pero efectivas. Quince, veinte o treinta minutos pueden marcar la diferencia si se aprovechan al máximo.
Consejos para entrenar y trabajar y no perder en el intento
- Elije un momento del día que sea consistente y que se ajuste a tu horario laboral. Puede ser antes o después del trabajo, en tu hora de almuerzo o incluso en pequeños descansos a lo largo del día.
- Crea un plan de entrenamiento para toda la semana. Saber qué ejercicios vas a realizar y cuánto tiempo te llevará te ayudará a organizarte. Puedes dividir tu semana en sesiones de entrenamiento específicas, centrándote en diferentes grupos musculares o tipos de ejercicio.
- Sé constante. Si incorporas el ejercicio en tu rutina diaria, se convertirá en un hábito saludable. Incluso las sesiones cortas pueden ser efectivas si las haces regularmente.
Trabajar y entrenar no son mutuamente excluyentes. Con planificación y enfoque, puedes mantener una rutina de ejercicio a pesar de tus responsabilidades laborales. Priorizar tu salud es fundamental para un estilo de vida saludable y equilibrado.