Life & Style
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Sexo tántrico: este ejercicio promete hacer que te vuelvas a enamorar de tu pareja
Conoce un ejercicio que te permitirá explorar los sentidos de tu pareja y conectar a un nivel más profundo.Fortalece tu relación y reavivar la llama del amor con este enfoque sensual. Fuente: Pexels
¿Llevas 3 meses sin hacer el amor y tu pareja ni te mira? En medio de la rutina y el estrés diario, es común que la pasión y la conexión se vean afectadas en las relaciones de pareja.
Sin embargo, el sexo tántrico emerge como una posible solución, ofreciendo una vía para reavivar la chispa y reconectar a un nivel más profundo.
Este antiguo arte promete no solo revitalizar la vida sexual, sino también hacer que te vuelvas a enamorar de tu pareja.
¿Qué hacer para volver a enamorar a mi pareja a través del tantra?
Despertar los sentidos
- El ejercicio comienza con una meditación guiada para enfocarse en la respiración y conectar con el presente.
- Luego, se invita a las parejas a explorar el cuerpo del otro a través del tacto ligero, sin expectativas ni objetivos específicos.
- El objetivo es descubrir las zonas erógenas de manera gradual, prestando atención a las señales no verbales que emite la pareja, como sonidos, movimientos o expresiones faciales.
Comunicación sin palabras
- La comunicación verbal se elimina durante el ejercicio, fomentando la conexión intuitiva y la atención plena.
- Las parejas aprenden a interpretar las señales del cuerpo del otro para saber qué les resulta placentero y qué no.
- Esto genera un espacio de confianza y vulnerabilidad que fortalece la intimidad.
Exploración gradual
- El sexo tántrico no busca la penetración ni el orgasmo como objetivos finales.
- Se trata de un proceso lento y gradual que permite a las parejas disfrutar de cada momento y experimentar una conexión profunda.
- La respiración consciente y el contacto físico suave son claves para prolongar la excitación y aumentar la sensibilidad.
Esto puedes hacer ante la falta de libido y pasión con tu pareja: el sexo tántrico. Al explorar conscientemente las zonas erógenas y comunicarse a través de señales no verbales, esta práctica no solo intensifica la conexión física sino también la emocional.