Dormir bien es una de las necesidades más importantes para el cuerpo humano y con este tipo de ruido puedes potenciar el desanso y tener más energía al día siguiente.
El ruido rosa, al igual que el ruido blanco, son dos maneras o técnicas para poder conciliar el sueño y descansar con solo escuchar a través de frecuencias suaves los ruidos que hay en nuestro alrededor, como la lluvia.
Cuando hablamos de sonidos rosas nos referimos a frecuencias muy bajas, lo que hace que los sonidos sean más profundos y equilibrados, comparados a las frecuencias de un sonido blanco.
Algunos de estos ruidos los encuentras en la vida cotidiana como la lluvia, los latinos del corazón o las olas rompiéndose. De hecho este ruido está muy asociado al sonido que produces cuando haces la letra ‘F’.
¿Qué es o para qué sirve?
Como ya se mencionó antes, este ruido ayuda a que podamos relajarnos y conciliar el sueño de manera que dormir, sea mucho más placentero, más reparador y con más energía. De hecho, este ruido tiene como característica principal, recordarnos sonidos de la naturaleza.
Además de ayudarnos con el descanso, también puede potenciar nuestra concentración, ya que es capaz de poder aislar otros sonidos externos y molestos que hacen que no podamos concentrarnos; también es bueno para potenciar la memoria, impulsando la interacción cerebral y por último, este tipo de sonido es muy bueno para la prevención de acúfenos, los cuales son los zumbidos en los oídos de manera constante, asociado a la pérdida auditiva.
¿Qué otro tipo de ruidos existen?
Cada color de ruido se debe a la frecuencia que tiene, por lo tanto, además del rosa, existen: el ruido blanco (su frecuencia es constante y el oído percibe las frecuencias con la misma intensidad); el ruido marrón (sus frecuencias son aún más bajas que las de un blanco o un rosa); ruido negro (hace referencia al silencio total); el ruido azul (tiene poca potencia en frecuencias bajas) y el ruido gris (que es bastante parecido al blanco y muchos consideran es el auténtico ruido blanco).
