Que si como esto o aquello, que chau harinas, que la dieta del zapallo, los medios nos incitan a hacer hasta lo imposible para llegar a la delgadez, y aunque no todos estamos dispuestos a ello, terminamos entrando en la carrera sin darnos cuenta, que esta no es la solución.
Sabemos que la obesidad y el sobrepeso es uno de los grandes problemas del siglo XXI, sobre todo en Europa y América. A contrapartida vemos a Japón que es el país con el índice de obesidad más bajo del mundo, un 3,5% de la población adulta y esto no es casualidad, hay toda una política del gobierno para que esto sea así.
Elongación. | Los japoneses practican yoga, caminatas o estiramientos para reducir el estrés.
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El país del Sol Naciente tiene el índice de obesidad más bajo del mundo desarrollado.
Su gobierno está comprometido e invierte en programas de nutrición y educación para la salud.
Tiene una legislación, como la ley Metabo que anima a los adultos entre 40 y 75 años a hacerse una medición anual del contorno de la cintura.
Recordemos que la OMS estipula que una circunferencia de más de 94 centímetros en los hombres y de más de 80 centímetros en mujeres implica riesgo de complicaciones metabólicas.
Las empresas japonesas alientan a sus empleados a acudir a sesiones de ayuda si sus medidas de cintura no son saludables.
Además, tienen descansos saludables donde los trabajadores pueden hacer ejercicios.
Animan a sus empleados a concurrir al trabajo en bicicleta o caminando.
Elongación | Rutinas posturales ayudan a mantener su peso
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7 hábitos saludables de la población japonesa
Respiración prolongada. Respira durante tres segundos y exhala fuertemente durante otros siete. La grasa está compuesta por carbohidratos, hidrógeno y oxígeno. Cuando el oxígeno llega a las células se descompone en agua y carbono, de forma que cuanto más oxígeno utilice nuestro organismo, más grasa quemaremos.
Baños calientes. Un baño de 20 minutos con el agua a una temperatura entre 38 y 42 grados nos ayudará a quemar calorías. Reducirá los niveles de azúcar en sangre y disminuirá la inflamación, además de proporcionarnos un descanso de mayor calidad, imprescindible para nuestro metabolismo.
Adiós al gimnasio. Los japoneses practican yoga, caminatas o estiramientos para reducir el estrés, uno de los principales motivos por los que el cuerpo usa la grasa de nuestro organismo.
Comer sin saciarse. Llegar al punto de cómodamente satisfechos es lo ideal, es decir ese punto donde ya no tienes hambre y que si quisieras salir a dar una caminata no te sentirías pesado ni con sueño.
Facilitar la digestión. Toma alimentos fáciles de digerir; en verano come productos crudos y en invierno, cocinados.
Seguir el ying y el yang. Dieta, ejercicio, meditación y energía ying y yang son las bases sobre las que George Ohsawa desarrolló su dieta macrobiótica. La idea es dividir tus comidas en: 10%–25% de frijoles y productos derivados, 20-30% de frutas y verduras y 40-60% de cereales integrales.
La postura. Toshiki Fukutsudzi es un médico japonés que ha creado un método con el que consigue que las personas adelgacen con sólo tener en cuenta la postura corporal. Siéntate en el suelo con las piernas estiradas y coloca una toalla enrollada tras tu espalda. Recuéstate en posición recta con la toalla bajo la cintura e intenta acercar los dedos de los pies de forma que estos hagan un triángulo. Levanta tus brazos por encima de la cabeza e intenta juntar los dedos meñiques. Debes mantener esta postura durante al menos cinco minutos.
Si quieres alcanzar un cuerpo esbelto, tal como lo japoneses, basta de dietas que nos llevan a un efecto rebote, lo mejor es empezar con pequeños cambios de hábito que lograrán que puedas mostrar tu cuerpo tal y como lo quieres.
