¿Cuáles son las diferencias entre el estrés y la ansiedad?
Emociones complejas, agenda apretada, consecuencias de malas decisiones económicas o personales y mucho más de manera simultanea
El mundo y la vida avanzan muy rápido y eso provoca que muchas personas comiencen a crear en su vida diaria ansiedad o estrés, pero aunque ambas palabras sean usadas en muchas ocasiones para dar el mismo ejemplo no es así.
Estamos viviendo en una época en la que el trabajo consume a los seres humanos, pues gran parte del día una persona se la pasa pensando en su labores profesionales, pero a ellos se le deben sumar otros factores.
Emociones complejas, agenda apretada, consecuencias de malas decisiones económicas o personales y mucho más de manera simultanea son procesos que causan estrés o ansiedad.
¿Qué es el estrés?
Como ya se dijo en líneas anteriores, el estrés y la ansiedad no es lo mismo, ya que cada efecto vive su principio y final de manera distinta y claro que también llegan a obtener una conclusión diferente.
El estrés es un resultado humana y natural y caracteriza por poner el cuerpo y el cerebro en modo de evasión. Está compuesta para aparecer si se siente una amenaza e invita al cuerpo a liberar las hormonas del estrés.
Cuando el organismo logró al punto de tener una defensiva intensa, por un esfuerzo físico importante, toca el momento del descenso; llega la calma y se recuperan los niveles normales para volver a decirle al cuerpo y al cerero que el peligro ha pasado.
¿Qué es la ansiedad?
Aunque la ansiedad y el estrés muchas veces van de la mano, sun síntomas no son los mismos y su descenlace tampoco, ya que cada uno podría provocar ciertar reacciones en el cuerpo o en el cerero.
En la ansiedad el cerebro entiende que puede mantener su rendimiento para la evación o el cuidado, pero que debe hacerlo por un tiempo prolongado e indeterminado. Puede ser útil en algunas circunstancias, cuando tenemos que elevar el rendimiento por una cuestión laboral o personal durante un periodo de tiempo.
Crea una gran incomodidad al sentir desesperación por si las cosas no salen de la mejor manera y pueden aparecer síntomas que indican la existencia de la ansiedad, y no del estrés, que pueden ser cefaleas, mareos, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño.