Es un mal común creer que el sudor es el encargado de hacer que huelas mal. Pero un día haz el experimento que alguna vez me mostraron en la escuela. Después de bañarte, quédate sentado sin playera y cuando sientas las primeras gotas en tus axilas, recógelas y huélelas. Te darás cuenta de que el líquido no tiene ningún aroma.
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¿Por qué nos huelen las axilas?
El departamento de Divulgación de Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) nos trae la respuesta a esta pregunta que aunque parece obvia, tiene una respuesta más profunda de lo que podrías pensar.
En estos días de calor en los que el sol pega sin compasión con sus rayos, es más común viajar en el Metro en una cápsula de olores que nos obligarán a alejar el rostro del sitio.
Antes que nada, el sudor funciona para regular la temperatura de nuestro cuerpo y con ello se elimina el exceso de calor. La secreción, indica la UNAM, se compone de agua, sales y urea, pero ninguna de ellas tiene olor, ¿entonces que sucede?
Todo se produce cuando el sudor interactúa con las bacterias que hay en nuestra piel, como staphylococcus o cutibacterium. Estos se alimentan de los compuestos del sudor y los transforman en otros que sí huelen.
De la misma manera, hay otros factores que se ven involucrados en el tipo de olor que produce el cuerpo. Por ejemplo, el sexo, edad, genética, estrés, alguna enfermedad y la ingesta de alimentos y medicamentos.
Lo cierto es que se pueden eliminar de manera rápida con una ducha y un desodorante. Pero si alguna vez te habías preguntado por qué nos huelen las axilas, ya sabes que no es exactamente por el sudor.
