Invierno 2024: ¿por qué tiritamos al tener frío?

Durante los días fríos, es común que tu cuerpo experimente le característico temblor corporal conocido como tiritar. Esta situación no es solo una respuesta natural al las bajas temperaturas, sino una confusa reacción del cuerpo para mantener su temperatura interna.

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El encargado de manejar esos tiritones es el sistema de termorregulación del cuerpo, diseñado para mantener la temperatura interna dentro de un rango específico. Cuando la temperatura de tu cuerpo baja, el cerebro activa el movimiento como una respuesta instintiva.

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Por su parte, el sistema nervioso juega un papel clave en el proceso de tiritar. El cerebro recibe señales de los receptores de temperatura en la piel y los órganos internos, lo que desencadena la respuesta de tiritar para conservar el calor del cuerpo.

La próxima vez que sientas ese escalofrío característico, recuerda que es tu cuerpo trabajando arduamente para mantenerte cálido y seguro. Además del tiritar, el cuerpo aumenta su metabolismo en respuesta al frío.

Cuales son los motivos por los que el cuerpo tirita

• Tiritar es otra señal inequívoca del frío.
• Cuando la temperatura corporal baja por debajo de los 35ºC, se produce una hipotermia leve y podemos notar cambios en respuesta a la necesidad del organismo de generar calor para volver a su temperatura óptima.
• En otros términos, lo que ocurre es que los vasos sanguíneos se contraen “para preservar la mayor cantidad de calor posible en tu cuerpo, realizando la termorregulación.
• El hipotálamo, la parte del cerebro encargada de regular la temperatura corporal, el que causa estas contracciones involuntarias de la musculatura que pretenden calentar el cuerpo y que pueden llegar a aumentar varios grados la temperatura interior.

Otra de las ventajas de que tu cuerpo tirite al tener frío es la de demostrarnos que el funcionamiento del organismo es de manera óptima, especialmente en entornos fríos y desafiantes.

En resumen, que tu cuerpo tirite es una respuesta totalmente automática de tu cuerpo para enfrentar temperaturas bajas. Si bien en varias ocasiones puede ser una reacción incómoda, es un mecanismo esencial para preservar la temperatura interna.