Muchos jóvenes se identificaron con esta ‘moda’ porque se centraba en sentimientos como la melancolía; además, había una tendencia marcada a exaltar la depresión y el suicidio.
Su vestimenta fue motivo de polémica, pues se optaba por prendas en tonos oscuros, rosas y morados; generalmente los pantalones que portaban los adolescentes eran ajustados y su calzado tenía patrones de cuadros en blanco y negro.
Por otra parte, sus peinados impactaban a los adultos porque consistían en enormes flecos que cubrían los rostros casi en su totalidad y que solían ser adornados con moños.
“Los emos son más románticos, más poéticos y expresan con su cuerpo el daño del mundo. Ellos se flagelan cortándose las muñecas y mostrando como un orgullo el daño que se hicieron a partir de interpretar el daño social que sienten”, dijo el sociólogo Jorge Elbaum, de la Universidad de Buenos Aires, al referirse a esta tribu urbana.
Aunque esta subcultura fue visible en México aproximadamente desde 2007, Patricia Rizo Morales explicó en ‘Estudio sobre el grupo social de los jóvenes emos’que las raíces del movimiento se remontan a los años 80.
“Los orígenes de este movimiento se encuentran en una corriente musical de los ochentas llamada Emotional Hardcore o Emo-core, que es un subgénero del rock punk, caracterizado por la intensidad emocional y por la estridencia musical”, explicó la autora en el estudio auspiciado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
“El vocablo “emo” fue empleado por primera vez en 1985 por uno de los representantes de la banda musical Rites of Spring en Washington, D. C., al describir su estilo musical que expresaba sentimientos de soledad y añoranza por el pasado, tanto en su melodía como en su letra”, se profundizó en el texto.
| Foto: La monografía de los emos provocó risas y nostalgia entre los usuarios de redes sociales.
Luego del 2012 la tendencia de los emos fue desapareciendo gradualmente. Ante esto, sociólogos y antropólogos refirieron que no se esfumó por completo, pero fue en declive por las agresiones que recibían las juventudes y porque sus integrantes perdieron interés.
