Álvaro Puche, entrenador y autor de Entrenamiento de fuerza para personas mayores explica porqué después de mucho entrenamiento de brazos, algunas mujeres no logran ver resultados en sus brazos. En principio, según explica el especialista, hay que entender que el tríceps es el músculo que fundamentalmente da volumen y forma al brazo.
A la hora de entrenar el brazo, tenemos bíceps y tríceps, siendo este último el más difícil de entrenar y para que un ejercicio sea eficaz hay que prestarle más atención. Además, las alas de murciélago se deben a una mala que facilita la acumulación de grasa junto al músculo. Con lo que para evitarlas debemos hacer cambios importantes en nuestra dieta para que esta sea nutritiva y ayude a la reducción de grasas.
Según Álvaro Puche la posición del hombro es vital a la hora de ejercitar esa parte del brazo: “He visto muchas mujeres frustradas trabajando el tríceps sin obtener resultados porque sólo estimulaban una de las cabezas del músculo. Jugando con la extensión del codo, que es la acción que obliga a trabajar al tríceps, pero modificando el plano del hombro podemos estimular el músculo en sus 3 porciones”.
A su vez el especialista asegura que la polea es mejor que una mancuerna: “El perfil de resistencia de la polea es mucho más interesante que el que genera una mancuerna o un disco porque el cable va a generar una resistencia que la mancuerna no. La mancuerna intenta llevar el codo más abajo/atrás pero no genera la resistencia de intentar flexionar el codo. Entonces si se hace una extensión y la polea intenta flexionar el codo pero yo controlo la fase de vuelta, así se estimula mejor el tríceps, es decir , la parte interor del brazo”.
Extensión de codo hacia abajo y adelante, con hombro en extensión.
Se toma extremo de la polea con uno de los brazos,
Luego se busca el equilibrio del cuerpo
Para eso se debe semiflexionar las rodillas y mantener la cadera en postura neutral.
Centrar el ejercicio en la flexión y extensión de codo.
Finalmente, el experto recomienda ajustar los ritmos de movilidad dándole más potencia a la extensión de codo y reduciendo la velocidad en la flexión, imprimiendo control al movimiento. De esta manera podrás evitar las alas de murcielagos y tus brazos pareceran de una persona de 20 años aún a tus 50 años.
