Eric es dueño de un gimnasio en Montreal, Quebec y siempre estuvo en movimiento, dando ejemplo a su clientela. Durante más de 20 años todo iba perfecto y su cuerpo respondía maravillosamente.
Luego de unas vacaciones en México, Eric presentó problemas de salud y tuvo que abandonar su entrenamiento, con o que su forma física se vino a pique.
“Perdí mucha masa muscular rápidamente porque no iba al gimnasio”, cuanta Falstrault. Según explica su porcentaje de grasa corporal subió al 23 por ciento, perdiendo su six pack , ya que este es el límite para poder marcar los abdominales.
Cuenta que ya no le quedaban energías, no le gustaba o que le reflejaba el espejo, comenzó a deprimirse y decidió que no podías seguir así. “Estaba harto. Así que decidí hacer algo al respecto”, cuenta y teniendo en cuenta su trabajo, tuvo una idea clara de lo que debía hacer.
Comenzó con una dieta alimenticia, dieta eliminando algunas cosas y también cambió su forma de entrenar. Falstrault siempre ha sido un apasionado de la lucha y las artes marciales. Es así que Eric probó por primera vez el jiu-jitsu brasileño hace unos 10 años.
Según el mismo cuenta “Fue un reto tanto física como mentalmente, y ese es exactamente el cambio de ritmo que buscaba”. Luego de 6 meses de practicar el jiu-jitsu brasileño, Falstrault no podía creer lo que había pasado con su cuerpo. No solo volvió a estar en forma, sino que sus niveles de energía volvieron a ser más altos.
“Del jiu-jitsu me gusta que sea una especie de juego de ajedrez. Un movimiento tira del otro, pero también tienes que tener un contra-movimiento a lo que tu oponente está tratando de hacer al mismo tiempo”, explica Eric.
Luego agrega: “Cuando te haces bueno, se convierte más en un juego para quien comete el primer error. Me gusta mucho el aspecto táctico. Al principio, mi cuerpo sólo podía soportar dos sesiones a la semana. Estaba tan dolorido después de la primera sesión”.
“Siempre he estado en una forma decente sin esforzarme demasiado. Hago ejercicio tres o cuatro días a la semana, como bien y me veo bastante en forma” asegura Eric.
Recordando la pero época de su vida dice: “No dormía nada bien: esta es una de las mayores diferencias que he notado. Ahora he encontrado algo que me encanta y no puedo pensar que pueda dejarlo demasiado pronto. Me siento demasiado bien ahora mismo”.
Una clase típica de jiu-jitsu
Una clase de jiu-jitsu inicia con 10-15 minutos de calentamiento: piernas, brazos y expansión, movimientos comúnmente utilizados en el sparring.
Los siguientes 30-40 minutos se dedican a aprender nuevas técnicas y dominar los ejercicios.
“Gran parte del jiu-jitsu se centra en escapar y lograr la sumisión”, explica Falstrault, que requiere mucha fuerza del core y la espalda.
La clase termina con 15-20 minutos de combate y rodadura, en los que todos los ejercicios y técnicas que se trabajan de a dos como si fuera un desafío entre personas.
A los 40 años, nuestro cuerpo no responde como a los 20, pero si podemos estar seguros que con persistencia, constancias y unas clases de jiu-jitsu, podremos tener los abdominales tal como los queremos.
