¿Por qué se llaman tlacoyos? El irresistible manjar prehispánico
Este antojito es un clásico de las garnachas mexicanas, pero si quieres conocer más sobre su historia, te la contamos.26 de agosto, 2022 | 07:02 a.m.Pocos lugares en el mundo se pueden sentir tan orgullosos de su comida como México. Qué normal es salir a la calle y ver un puesto de garnachas, de tacos, de pozole. En nuestras manos recae un ejemplar de comida que fue inventada hace siglos por las culturas del México antiguo. Hoy te vamos a explicar por qué se le llaman tlacoyos a este irresistible manjar prehispánico.
Aunque nos solemos jactar de las delicias que nuestros paladares pueden saborear, cierto es que el mundo también ha reconocido esta belleza culinaria. No por nada en 2016 fue declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. El día que llegue el primer extraterrestre al planeta, que lo pasen a México para que se eche una quesadilla, pero con queso para que sea una experiencia completa.
Pero si a diferencia del extraterrestre no tienes ganas de una quesadilla, ni tampoco de una gordita, seguro que la señora del mercado sí tiene tlacoyos: de masa azul, con salsa roja, queso y nopales. Mientras imaginas a la hora de leer esto la mordida al antojito, te contamos más sobre su historia.
¿Por qué se llaman tlacoyos?
Antes de que los españoles llegaran a nuestro territorio, este manjar ya era consumido por los pobladores mexicas. De hecho, cuentan los registros que la primera vez que los europeos degustaron un tlacoyo fue en el tianguis de Tlatelolco. Irónicamente, el sabor conquistó sus bocas y para hacerlo más cercano, agregaron productos suyos como los lácteos.
La radiografía del tlacoyo es sencilla: es básicamente una empanada de maíz nixtamalizado que puede llevar en su interior frijoles, habas, chicharrón y el clásico requesón. Arriba se complementa con queso, salsa, nopales, cebolla y cilantro. Claro, depende del gusto de cada uno qué se le pone.
Su nombre deriva del náhuatl nacatlaoyo, que de acuerdo con el Gran Diccionario Náhuatl de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se traduce como empanada o pastel de carne. Lo cual parece bastante literal para la forma que tiene este antojito.
La próxima vez que pruebes un tlacoyo, sabrás que no sólo te llevas a la boca un pedazo de masa con frijoles, sino también de historia y de resistencia indígena. Los españoles dejaron pocas cosas inmaculadas y este antojito es uno de los que más cerca se quedó de sus raíces. Sin duda es un irresistible manjar prehispánico.