Descubre la leyenda de La Tarasca, la mina encantada y llena de oro en México
La mina ubicada en Sonora ha dado vida a cientos de relatos en los cuales se da su ubicación y su riqueza.México ha sido siempre un país lleno de riquezas. Si bien ahora hasta la moneda de $20 que guardas en tu cartera puede valer miles de pesos, en la llegada de los españoles había muchas minas que, aunque eran algo inaccesibles, estaban en la espera de quien descubriera y tomara su oro, como lo es el caso de La Tarasca, una mina de oro ubicada en Sonora.
Esta es la leyenda de La Tarasca
La Tarasca es una zona en Sonora en la cual se dice que habitaba la criatura más monstruosa del país llamada ‘El Tarascón’ y era capaz de atormentar a todos los de la zona.
Se describe como una especie de dragón con seis patas cortas parecidas a las de un oso, un torso similar al de un buey con un caparazón de tortuga a su espalda y una escamosa cola que terminaba en el aguijón de un escorpión. Su cabeza era descrita como la de un león con orejas de caballo y una desagradable expresión.
Se dice que todos los habitantes de esa zona decidieron organizar una emboscada para terminar con la bestia, la cual les resultó exitosa. Sin embargo, al ver que El Tarascón se rindió sin dar batalla, los nativos de la zona se arrepintieron de su decisión y nombraron la zona en su honor.
¿Hay oro en La Tarasca?
Siglos más tarde del nombramiento de la zona, fue que llegaron los saqueadores y conquistadores españoles. Se dice que en 1580, un grupo de soldados españoles que se encontraban en tu trayecto para dominar mayor parte del territorio norte del país, llegaron a Cócorit, lo que hoy es Sonora.
Esta zona era dominada por los indios yakis, famosos por su bravura y espíritu guerrero. Los soldados hispanos decidieron atacar al pueblo, y sin medir la capacidad de batalla que éstos tenían, el encuentro resultó en la derrota de los invasores quienes se vieron forzados a huir.
Sin embargo, dos soldados, que eran hermanos entre sí, se separaron de la tropa para dirigirse al norte. Así fue como llegaron a la sierra de La Palma, cerca de Guaymas y prosiguieron al norte evitando a los guerreros.
Durante el camino se encontraron con el pueblo de los pimas, ahí entablaron confianza y los instruyeron en distintas cosas que eran desconocidas para ellos. Estos pobladores trabajaban en las minas ‘Las Pimas’ en el fondo del cañón, de ahí su nombre.
Un día, los hermanos se encontraban trabajando cuando decidieron dar un recorrido por una caverna no explorada por los nativos, y en su interior encontraron una mina repleta de oro, la cual (debido a que ellos la descubrieron) decidieron nombrar ‘La Tarasca’ en honor a la zona que ahora habitaban.
Los españoles, quienes ya se habían ganado la confianza de los nativos, tomaron todo el oro que cupo en sus manos y decidieron huir para encontrarse con algún otro compañero de expedición.
Sin embargo, antes de lograrlo, uno de ellos murió de una mordedura de víbora de cascabel y el otro fue muerto en un ataque de los indios seris. Desde entonces se dice que si alguien logra dar con "La Tarasca" se quedará con todo el oro… si es que llega a salir vivo.
Fue en 1850 que el historiador José I. Velazco, desde 1850 habla de una leyenda donde se menciona que entre Guaymas y Hermosillo, en la sierra de La Palma "se habla de una mina de la que se dice ser muy rica en oro y que se llama Tarasca".
Existen diferentes relatos de varios autores acerca del camino de oro que fueron dejando los hermanos españoles y cómo llegar a la mina ‘La Tarasca’, la cual fue en un tiempo de las minas de oro más buscadas en el norte del país.