¿La Malvina Mexicana? La isla 'perdida' que Francia no nos quiere devolver
La isla pasó de mano en mano el siglo pasado, pero México perdió el poder sobre el sitio que ahora es totalmente francés.A unos mil kilómetros de Michoacán, tierra de pueblos mágicos, se localiza un aro de tierra blanca que destaca entre la inmensidad del azul del mar. A pesar de que México es el punto más cercano de este sitio, si navegas cerca de ahí verás que aunque hay blanco y rojo, falta el verde de la bandera nacional. Hoy te contamos la historia de esta isla 'perdida' que Francia no nos quiere devolver. ¿Acaso es la Maldiva Mexicana?
A través de la historia, se le ha conocido por diferentes nombres: Médanos, gracias a los españoles que la registraron por primera vez en el siglo XVI; Clipperton, debido a un pirata francés que llevaba ese apellido y que usó la isla como escondite en el siglo XVIII y por último, Isla de la pasión que le pusieron exploradores franceses que la redescubrieron durante un viernes santo del siglo XVIII.
¿Qué es la isla de Clipperton?
Este lugar en realidad es un atolón, es decir, una isla coralina oceánica que en general tiene forma de anillo. Está completamente deshabitada y tiene 6 km² de superficie. La playa La Llorona en el municipio de Aquila, Michoacán, es el punto más cercano que tiene a tierra firme, a unos 1085 kilómetros. Ahora es propiedad francesa, por lo que está administrada desde la Polinesia Francesa y por un alto comisionado de aquel país.
Alrededor de 115 diferentes especies comerciales de fauna marítima han sido localizadas en la isla, pero solo el atún ha sido explotado. Más allá de este animal, no hay otro recurso de importancia para los humanos.
¿Por qué México perdió la isla de Clipperton?
El lugar alguna vez fue habitado, pero las condiciones son tan extremas que nadie tiene un pie ahí en la actualidad. Los pájaros bobos son los visitantes que sí pueden tocar tierra y lo hacen para hacer sus necesidades. Esto en algún momento de la historia fue imán para las grandes potencias, quienes vieron en el guano, un abono rico en fosfato y que deriva de las heces de estos animales, una importante oportunidad.
Para 1858, Francia ya había hecho suyo el anillo de tierra solo porque sí bajo el nombre de isla de la pasión. México supo de esto en 1897, es decir, solo 4 décadas más tarde. Los europeos querían el mando del atolón para exportar guano a un empresario estadounidense, pero el negocio no prosperó y no volvieron a pasar por ahí.
Pero Estados Unidos no perdió tiempo y a finales del siglo XIX izaron su bandera en el atolón por una ley llamada "de las islas guaneras" que permitía a sus ciudadanos tomar posesión de cualquier lugar que tuviera en abundancia dicho recurso y no estuviera al mando de otro país.
Gracias a una noticia sobre un barco guanero comenzó una disputa internacional. Porfirio Díaz, presidente del país en ese entonces, supo del problema y mandó un barco para saber qué pasaba. Los tripulantes llegaron y dijeron que el territorio era mexicano.
Sin embargo, la oposición no vino de plumas norteamericanas, sino de las francesas y fue tanta la presión que llevaron todo hasta la última instancia y dejaron en manos de un árbitro neutral la última decisión. Dicha figura fue Víctor Manuel III, rey de Italia.
El fallo que dio la razón a los europeos llegó el 28 de enero de 1931 cuando México vivió otra realidad. Para la decisión no se tomó en cuenta que Españoles ya habían llegado ahí mucho antes que los franceses y por herencia, aquel territorio habría de pasar a dominio nacional.
En la actualidad La Maldiva Mexicana es más francesa que la baguette. Cada tiempo llega un barco para remplazar la bandera de su país y volver a pintar las letras RF por Republique Française que están en un monumento de cemento. Por ahora, esta es la isla 'perdida' que Francia no nos quiere devolver.