Verstappen le 'robó' a este piloto la novia, el auto de F1 y casi toda su vida
Max aprovechó todas las oportunidades que un joven ruso no supo tomarHay personas a las que Dios quiso tocar, pero se pasó de fuerza y terminó por aplastarlas. Este corredor estaba cumpliendo el sueño de millones, pero de pronto llegó alguien más rápido, más talentoso y le quitó todo. Por ello te vamos a contar cómo Max Verstappen, que ganó el GP de Australia, le 'robó' a este piloto la novia, el auto de F1 y casi toda su vida.
El nombre de este piloto es Daniil Kvyat, nacido en Rusia el 26 de abril de 1994. Fue campeón de la Fórmula Renault 2.0, de la GP3 Series y uno de los talentos a los que Red Bull le echó el ojo. Como sabemos, la escudería de Checo Pérez tiene un equipo hermano y precisamente ahí debutó este joven.
En 2013 fue confirmado como nuevo piloto del entonces Toro Rosso (ahora Alpha Tauri) para correr en la siguiente temporada. Condujo un F1 por primera vez en Australia y al terminar noveno se volvió en ese momento en el corredor más joven en puntuar en la máxima categoría del automovilismo.
Daniil tuvo varias carreras dentro de los puntos y tras el anuncio de que el alemán Sebastian Vettel se iría a Ferrari, llegó su ascenso a Red Bull. En 2015 sumó su primer podio con la escudería principal y terminó aquel año delante de su compañero en el campeonato de pilotos. Pero todo cambiaría apenas 365 días más tarde.
¿Por qué Verstappen le robó la novia y el auto de F1?
El 2016 tuvo un comienzo titubeante arriba de Red Bull. Aunque sumó un podio de tercer lugar en China, el GP de Rusia fue lapidario. El piloto ruso causó un choque con Vettel y el australiano Daniel Ricciardo que provocó el enojo en Red Bull y como sabemos, en ese equipo no se andan con medias tintas así que decidieron bajarlo de nuevo a Toro Rosso.
¿Quién lo iba a sustituir en Red Bull? Sí, ya le atinaste: un joven neerlandés de nombre Max Verstappen. El ahora bicampeón del mundo se subió al equipo principal por primera vez en el GP de España y Dios ya había decidido su futuro porque apenas en su debut, a los 18 años, logró la victoria tras aprovechar el toque de los dos Mercedes.
Sí, primera carrera y primera victoria. Desde ese momento Verstappen no soltaría el volante de Red Bull, pero para Daniil las cosas fueron cada vez más complicadas. Aunque en 2017 siguió con Toro Rosso, en el GP de Malasia de ese año el equipo decide cambiarlo por el francés Pierre Gasly. Sin embargo, en ese año conocido a Kelly Piquet, hija del 3 veces campeón de la F1, Nelson Piquet. Unas por otras.
Condujo un par de veces más en esa temporada, pero para 2018 solo fue el piloto de pruebas de Ferrari. En 2019 regresó a Toro Rosso y aunque logró su tercer podio en el GP de Alemania, su aventura como piloto titular había acabado.
En contraste, su vida privada parecía más que perfecta con Kelly y en 2019 recibieron a su pequeña hija Penelope. Pero las cosas cambian muy rápido y en marzo de 2020 anunciaron que estaban separados. Verstappen, como su Red Bull hacía en las pistas, se lanzó por todo, con todo la agresividad que lo caracteriza.
Primero terminó con su novia Dilara Sanlik y apenas dos meses más tarde ya estaba de la mano con… Kelly Piquet. La relación entre ambos perdura hasta este momento e incluso se ha fotografiado a Max a lado de la niña, de su novia y de hasta el polémico suegro.
El mismo Verstappen ha señalado que tener a Penélope a lado ha hecho más fuerte su relación con el mismo Checo Pérez porque el mexicano tiene tres hijas. Hoy Max es el líder del campeonato mundial de la F1 con dos coronas ya en la repisa.
Daniil ve con regularidad a su hija, aunque no hay certeza sobre su relación con el propio Max. En 2022 fue confirmado para participar este mismo año con Prema Racing que es considerada como la escudería de monoplazas más prestigiosa dentro de las categorías promocionales de F1.
Así es como Verstappen es el ‘villano de esta historia’, una en la que lo ganó todo. Muchos dirán que le ‘robó’ la novia y el auto de F1 a este piloto, pero quizá solo vio el espacio y se aventó como el buen Ayrton Senna hubiera querido.
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