Neurocientífica explica qué pasa con el cerebro segundos antes de morir: “Es como un iceberg”
La neurociencia abre nuevas puertas para comprender la muerte y el potencial del cerebro¿Qué sucede en el cerebro humano en los últimos segundos antes de morir? La neurocientífica Jimo Borjigin, de la Universidad de Michigan, ha dedicado más de diez años a estudiar este proceso enigmático.
Sus descubrimientos desafían la creencia común de que el cerebro se apaga por completo al detenerse el corazón. Borjigin reveló que, contrariamente, el cerebro se vuelve extremadamente activo en los momentos finales, comparándolo con la parte visible de un iceberg.
Este hallazgo sugiere que nuestra comprensión actual es solo una pequeña parte de un fenómeno mucho más complejo, incluyendo cómo un cerebro sano enfrenta la muerte.
¿Qué pasa en el cerebro en el momento de la muerte?
- En lugar de apagarse, el cerebro en realidad experimenta un aumento en la actividad en sus momentos finales.
- Borjigin observó esto por primera vez en ratas, donde notó una explosión de serotonina en sus cerebros justo antes de de la muerte.
- El cerebro experimenta una ola final de actividad que puede explicar las experiencias subjetivas que a menudo reportan las personas que han estado cerca de la muerte.
¿Qué descubrió Borjigin en sus investigaciones?
- En estudios con ratas y humanos descubrieron que el cerebro experimenta una intensa actividad en áreas relacionadas con la consciencia, la memoria, las alucinaciones e incluso las experiencias cercanas a la muerte.
- Esta actividad se produce incluso cuando el corazón deja de latir y el flujo sanguíneo al cerebro se detiene.
Los estudios de la neurocientífica Jimo Borjigin revelan que el cerebro no se apaga, sino que se vuelve hiperactivo justo antes de morir, desafiando nuestras percepciones sobre la muerte y la actividad cerebral.
Este hallazgo no solo podría cambiar la forma en que entendemos los procesos finales de la vida, sino que también sugiere paralelismos con situaciones menos críticas, como despertarse repetidamente durante la noche, lo cual podría afectar la actividad cerebral a largo plazo.