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El particular método que utilizan Lionel Messi y Antonela Roccuzzo para criar a sus hijos

La pareja se basa en un libro de crianza positiva y respetuosa para la educación de Thiago, Mateo y Ciro.24 de agosto, 2023 | 08:43 p.m.
Antonela y Lionel buscan darle una educación positiva a sus hijos
Foto: @antonelaroccuzzo
Familia Messi | Antonela y Lionel buscan darle una educación positiva a sus hijos Foto: @antonelaroccuzzo
Foto de Betina Fagale
Escrito en Life & Style el

Hace un tiempo Antonela Roccuzzo publicó en sus Redes Sociales un consejo, que ella misma junto a Lionel Messi, aplican en la educación de sus peques. La esposa del número 1 del futbol afirmaba en su publicación que no hay que dejarse llevar por el apuro ni trasmitirles a los hijos la vorágine de la vida cotidiana.

Así la pareja busca darle a Thiago, Mateo y Ciro, una crianza positiva basada en el respeto. Tanto Lionel como Antonela basan sus estrategias de enseñanza en el libro “Si no hay suelo, no hay techo” de Lucas Raspall. En cuya edición el autor compare 50 consejos para padres y madres que surgen de las neurociencias afectivas y la teoría del apego para dar

En su libro, el psiquiatra y psicoterapeuta, afirma lo mismo que repite Antonela en sus redes: “Es respetuoso no llevarlos por la vida a las corridas y a los tirones. Es provechoso dejarlos explorar el mundo. Es conveniente que los ayudemos a preservar -como un tesoro delicado- esa capacidad de asombro frente a todo lo que habita su experiencia. Es positivo que puedan contemplar y, así, aprender por su cuenta. Mejor que intervenir es no interrumpir su concentración”,

Si bien aclara que no pretende ser un manual para padres pero si busca ser una guía para adultos que tienen a cargo a crianza de sus hijos, afirma que la mejor forma de educar a nuestros hijos es escuchándolos, ya que ellos serán nuestra propia guía personal, tal y como lo hacen Antonela y Lionel.

¿Quién es Lucas Raspall?

Lucas Raspall
Lionel y Antonela basan sus estrategias de enseñanza en su libro “Si no hay suelo, no hay techo” Foto: Redes Sociales
  • Nacido en Rosario, Argentina, al igual que La Pulga, Lucas Raspall es Médico Psiquiatra.
  • Psicoterapeuta Cognitivo Posracionalista, especialista en Psicoterapia Zen y Acupuntor.
  • Se desempeña como profesor universitario titular de cátedras en las facultades de Medicina y Psicología.
  • Es Subsecretario de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Rosario.
  • Director de la Diplomatura de Psicoterapias de Tercera Generación y docente invitado en cursos de posgrado y maestrías.
  • Autor de diversos artículos científicos y de libros como “Neurociencias para Educadores” y “Lo que necesitan los niños”.
  • Es además conferencista internacional, miembro del International Attachment Network-Argentina y vocero en Argentina de la Fundación América por la Infancia.

Te dejamos un fragmento del libro “Si hay suelo, no hay techo”

¿Por qué tanta prisa?

Comenzamos la mañana a las apuradas. Los llevamos a la escuela a los tirones. Salimos de la escuela corriendo. Hay que almorzar rápido porque pronto hay que salir. Deporte, arte, música… apresurados para llegar a tiempo. ¿Juegos? No; tareas, hora del baño, cena y a dormir. ¡Aprisa que en breve empieza mañana!

Es momento de escuchar esa pregunta que tantas veces nos hacen nuestros hijos: ¿Por qué tanta prisa? Es tiempo de detenernos a buscar dentro nuestro una respuesta que ilumine el camino, no una de esas que -otra vez, raudamente-procure quitar del paso el interrogante para seguir adelante. Tomalo como un regalo de ellos, propio de su sabiduría: ¿por qué tanta prisa?

Sus tiempos son diferentes a los nuestros. Su capacidad de asombro no está sofocada por el apuro. Su vocación para explorar cada cosa pequeña que se posa delante de su mirada está viva. Su disposición para descubrir miles de maravillas en el paisaje cotidiano es inmensa. Pero, para nosotros, no hay tiempo y, por carácter transitivo, no lo hay tampoco para ellos. Hay que seguir corriendo. Eso le vamos enseñando; los vamos entrenando porque en la vida (parece que) lo importante es no detenerse nunca.

Explorar lleva tiempo, y es eso lo que ellos están haciendo.

Descubrir lleva tiempo, y es eso lo que ellos están haciendo.

Aprender lleva tiempo, y es eso lo que ellos están haciendo.

Niñas y niños precisan que nosotros adecuemos las condiciones del ambiente para que ellos puedan explorar. ¡Y el tiempo es una de las variables más importantes a considerar! Si pasamos por alto este factor, la impaciencia y la urgencia derribarán toda oportunidad de aprendizaje. La concentración y la contemplación, ese momento mágico en el que el ambiente externo resuena con su mundo interno precisan, ante todo, del respeto de sus tiempos y sus ritmos. Si lo hacemos -venciendo la resistencia de nuestra prisa-, aprehenderán lo que sucede afuera, y también adentro.

Lo más frecuente es que madres y padres les estemos señalando qué hacer y cómo, para terminar más rápido. Lo común es que tendamos a mostrarles nuestros atajos para resolver el problema de manera más sencilla y veloz. Lo usual es que interrumpamos su natural calma en la exploración del problema para regalarles la salida. Pero ahí no hay una solución, sino un problema. Los objetivos de corto plazo -terminar rápido para pasar a otra cosa- son aquí contrarios a las metas de largo plazo -lo que pretendemos que aprendan a hacer-. Así, perdemos oportunidades cada día, a cada rato, rindiéndole tributo a un dios Chronos que no va a vacilar en no regalarnos ni un segundo más de vida. Esto es lo que tenemos que ver, ahora sí, de manera urgente.

Lucas Raspall: “Su capacidad de asombro no está sofocada por el apuro. Pero, para nosotros, no hay tiempo y, por carácter transitivo, no lo hay tampoco para ellos”.

Es respetuoso no llevarlos por la vida a las corridas y a los tirones. Es provechoso dejarlos explorar el mundo. Es conveniente que los ayudemos a preservar -como un tesoro delicado- esa capacidad de asombro frente a todo lo que habita su experiencia. Es positivo que puedan contemplar y, así, aprender por su cuenta. Mejor que intervenir es no interrumpir su concentración: esto es clave. Y si ellos giran la cabeza para mostrarnos lo que están mirando, mejor es preguntarles todo lo que están viendo, escuchando y sintiendo que enseñarles de qué se trata -servir y devolver-.

Thiago, Mateo y Ciro Messi
Explorando el mundo Foto: @antonelaroccuzzo

Acompañemos su inspección con interrogantes que animen a disponer de más tiempo para conocer a fondo esa inmensa miniatura del universo. En todo caso, luego nos tocará el momento para señalarles algo, para contarles otra cosa sobre eso que captó su interés, para mostrarles de qué otra manera se puede llegar a un resultado similar…Nuestro turno para ello está después, no antes.

Cada cosa a su tiempo, cada cosa en su lugar. Algunos aprendizajes se dan de a saltos, otros de manera lenta y progresiva. Algunas capacidades parecen desarrollarse sin que nosotros hayamos hecho nada para facilitarlas, mientras otras impresionan requerir un entorno más preparado y estímulos más precisos.

Arreándolo, no hacemos más que frustrarlo. Ayudándolo cuando no lo solicita ni precisa, trabamos sus oportunidades de aprendizaje. Acotando su mirada a la nuestra, apagamos su creatividad. La mejor ayuda que le podemos dar es renunciar a nuestra prisa.

Finalmente, intentando llegar antes -vaya a saber adónde o para qué- ellos pierden oportunidades muy valiosas y nosotros nos perdemos su infancia. No es exagerado: quiero que te detengas a mirarlo.

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Mujer, madre, domadora de emociones, comunicadora social, trail runner, bailarina amateur y apasionada de las historias.