En México y muchos otros países, el Día del Hermano se celebra el 5 de septiembre. Sin embargo, en algunos otros, como Argentina, se festeja el 4 de marzo.
Esta festividad surgió con la intención de honrar y festejar a nuestros familiares más cercanos, con quienes no sólo compartimos al menos 50% de nuestro ADN, si no que también compartimos casa, a veces cuarto, juguetes, comida, regaños, risas, y mucho más.
En el caso de los países que lo festejan el 4 de marzo, se debe a un homenaje a María Teresa de Calcuta, quien dedicó su vida a ayudar a quienes más lo necesitan y falleció en esa fecha.
Sea el día que sea, quienes crecieron con hermanos saben que se puede pasar del amor al odio en tan sólo 1 segundo y que, aunque a veces quieres asfixiar a tu compañero de cuarto, también asfixiarías a cualquier persona que le quiera hacer daño.
Ese momento extraño en el que tu hermano te trata sospechosamente bien, sin razón aparente.
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Muchos comentan que a los hermanos de en medio les toca lo peor ¿será cierto?
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Cuando estás jugando a las peleas con tu hermano y ves que tu mamá se acerca muy molesta.
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Claro que se le puede sacar provecho al hermano menor, a él le hacen más caso.
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Siempre en los momentos en los que más los necesitas.
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Y claro, a quien no le ha zumbado en la cabeza un “Eres adoptado”, “A ti te sacamos de la basura”, “Mira, este (animal o cosa fea) se parece a ti” y muchas otras frases por el Día del hermano que se dicen para molestar a aquellos que viven a tu lado durante tantos años.
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Por eso, en este Día del Hermano, ve y abraza a aquella persona con quien tienes los mejores y peores momentos. Nunca dejas de ser cómplice de quien te ayudó a esconder un jarrón roto o se echó la culpa para que tus papás no te regañaran.
