Para entrar en contexto, primero debes saber que los gases se producen gracias al aparato digestivo. El colon fermenta las sustancias que una persona come durante el día, pero los hidratos de carbono que no se digieren se convierten en flatulencias.
“Cuando los hidratos de carbono alcanzan el colon sin digerir, pueden producirse hidrógeno o metano en exceso, entre otros gases, dependiendo del tipo de bacteriología que hay en el colon”, explicó Tormo Carnicé, médico especialista en Enfermedades del Aparato Digestivo, al portal Muy Interesante.
En palabras más amables, el sistema humano tiene un organismo simbionte en el intestino, el cual reacciona ante cualquier alimento que reciba en sus “instalaciones”. Si no les cae bien una comida, producirán flatulencias.
Aunque, también, es de recalcar que no todos los gases se expulsan a través de eructos, heces o ‘pedos’. “El resto de gases pasan a la sangre, llegan al pulmón y son eliminados con el aire espirado”, reveló el doctor citado.
Resulta que todo tiene origen en las reacciones químicas que provocan los alimentos en el intestino. Cuando las proteínas son catalizadas y, en el proceso, se forma sulfhídrico, es cuando los gases salen con “un característico olor a huevos podridos”, dijo Cárnica. Es decir, el mal olor es causado por una pequeña cantidad de gases que contienen azufre.
No existe un diagnóstico específico para todas las personas, por lo que los expertos recomiendan acudir al médico ante cualquier malestar. Si en algún momento un paciente siente que sus flatulencias tienen un aroma distinto al regular, hay que visitar al especialista.
Licenciada en Comunicación por la Universidad de la Vera-Cruz. Con 8 años de experiencia en medios comenzando en Imagen de Zacatecas, mi tierra natal, en la coordinación del equipo web. Ahora, me mido en las grandes ligas con los mejores de América Latina: Mundo Deportivo, La Nación Argentina, US Hispanics de El Tiempo Colombia y Radio Fórmula.
