Día de la Mujer 2022: Alicia “Pelé” Vargas no quiere más apodos de hombres en el futbol femenil
La exjugadora subcampeona del mundo consideró que México ha dado grandes pasos en el futbol femenil; sin embargo, faltan pasos tan simples como dejar de comparar futbolistas varones con ellas.
Alicia Vargas fue una de las jugadoras que septiembre de 1971 logró poner a México en lo más alto del futbol femenil; a casi 51 años del suceso, la exfutbolista cree que la liga femenil en México ha dado grandes pasos, pero aún falta camino por recorrer: por ejemplo, quiere que las referentes del ahora no tengan apodos de varones, como el de ella, pues es conocida como la Pelé.
En entrevista para Grupo Fórmula, la exjugadora mexicana señaló que ese mote nació en la primera edición de la Copa del Mundo de Futbol Femenil celebrado en Italia 1970, cuando la escuadra nacional goleó 9-0 a la selección de Austria y ella marcó dos goles; en ese sentido señaló que jugadoras como Kenti Robles y Katty Martínez deben llamarse sólo así pues un día una niña querrá ser como ellas.
Vargas, miembro del Salón de la Fama, se sabe una referente de lo que hoy es la liga femenil pues la lucha en el deporte comenzó cuando ella y sus compañeras llegaron a la final de la segunda edición del campeonato mundial, celebrado en México y del cual fueron subcampeonas tras perder 3-0 la final con Dinamarca, aunque no tiene reconocimiento oficial.
“Soy una pionera porque fuimos las que abrimos brecha para esta liga y para estas chicas. Algunas no te conocen porque son muy jóvenes y probablemente les hablas de mí, nos me conozcan, son muchos años. Con base en redes sociales tienen una idea, saben que existes; fui pionera, fundadora”, acotó.
En ese sentido, comentó que hay un “cambio abismal” entre lo que hoy sucede y lo que vivió en su momento; por ejemplo: señaló que ahora las finales de la Liga MX ya tienen llenos cuando en su momento quienes acudieron al Azteca a ver un posible campeonato femenil tal vez lo hicieron por otros motivos que solamente disfrutar y apoyar en el partido.
También reconoce que hoy las jugadoras ya tienen un sueldo, uno que debería ser igual al de los hombres, recalcó; sin embargo, esa condición ya es real, también hay una profesionalización en el modo de entrenar y otros aspectos que ella no vivió y que le hubiera gustado presenciar.
"En la mañana la escuela, en la tarde entrenar y en la noche a descansar, ese era tu día a día. Ellas ya no, ya tienen entrenamientos diarios, gimnasios que nunca tuvimos para fortalecer; de acuerdo a los partidos se trasladan a diferentes ciudades de México y nosotros no, era una liga con varias deportivas, pero no existía el traslado de tanto tiempo", señaló.
Al respecto, abundó que antes quienes daban el pasaje, para el uniforme, era la propia familia porque por jugar "nunca recibimos un quinto partido a la mitad. Nos llamaban profesionales porque representamos a México, pero no fue así”.
Subcampeonas del mundo: una responsabilidad
En el campeonato de 1971, Vargas indicó que ella como sus compañeras saltaban a la cancha sabedoras de que tenían que hacer un buen papel para representar al país, pero en ese momento no jugaban por dejar un legado, por sentar las bases de un deporte que apenas despega.
“Era un ideal ser campeonas, el jugar y la responsabilidad de dejar a México en lo más alto. Éramos muy chicas como para pensar a futuro 'yo quiero dejar algo para las distintas generaciones', era muy difícil pensarlo así”, comentó.
Asimismo, indicó que exigieron un pago por dichos partidos, ya que había entradas, televisión y, sin embargo, jamás recibieron nada por lo que artistas como Lupita D'Alessio, Verónica Castro, Carmen Salinas, Lola Beltrán entre otras, botearon en las puertas del estadio para dar alguna remuneración a la selección femenil.
Hoy las cosas son diferentes, opina y las jugadoras de hoy tal vez no alcancen a ver los grandes cambios que generan, pero Vargas finalizó señalado que el futbol femenil y sobre todo las mujeres, van acabando con barreras machistas y anacrónicas que antes eran muy evidentes.