Cine de oro: Esta actriz duranguense tuvo parentesco con el presidente mexicano Francisco I Madero

En la época del Cine de Oro Mexicano hubo diversas estrellas que brillaron como Pedro Infante (quien se cree no murió en un trágico accidente), pero hay otras que tenían estrechos vínculos con las altas esferas del poder, en especial una actriz que tuvo un parentesco con el ex presidente Francisco I. Madero.

¿Dolores del Río era familiar del ex presidente Francisco I. Madero?

Antes de convertirse en una de las máximas figuras, Dolores del Río comenzó su carrera en Estados Unidos haciendo películas mudas, por lo que era una estrella que brillaba por encima de las demás.

Con la llegada del cine sonoro, Dolores consiguió papeles más importantes y se consagró como la primera actriz latinoamericana por excelencia, pero no era una casualidad, ya que la diva tuvo una familia de talentosos artistas, políticos y activistas.

Además de ser prima del cineasta Julio Bracho y otras grandes figuras del cine, Dolores del Río también era parte de la familia de Francisco I. Madero, quien fue Presidente de México de 1911 a 1913, hasta la Decena Trágica.

El nombre real de la actriz era María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete, pero adoptó el apellido Del Río a los 17 años, gracias a la boda con Jaime Martínez del Río, quien era 18 años mayor que ella.

Pocos pensarían que hubo un parentesco entre Madero y Dolores del Río, ya que la actriz nació el 3 de agosto de 1904 en la ciudad de Durango y para ese entonces, el político ya estaba haciendo carrera.

Pero los padres de Dolores del Río fueron Jesús Leonardo Asúnsolo Jacques, hijo de pudientes agricultores, y Antonia López Negrete, quien pertenecía a una de las familia las más ricas del país.

Además, pocos saben que la mamá de Dolores del Río era prima de Francisco I. Madero, por lo que el político era su tío directo, gracias al parentesco de su lado materno.

¿Cómo conoció Dolores del Río a Francisco I. Madero?

Además, la actriz sí conoció al ex presidente durante su infancia, pero debido a la Revolución Mexicana, la familia tuvo que mudarse de Durango y huir para salvar sus vidas.

Por otra parte, una mañana de 1910, Antonia López Negrete despertó a su hija Dolores, que tenía alrededor de seis años, luego partieron hacia la Ciudad de México sin su padre, quien tuvo que huir a Estados Unidos.

Cuando llegaron a la capital, Dolores y su mamá se encontraron con Francisco I. Madero, quien las apoyó y ayudó a instalarse en una casa de la colonia Juárez hasta 1912.

Así, Dolores del Río y Francisco I. Madero se conocieron, aunque ella nunca presumió el parentesco que tenía con el ex presidente, es parte de su árbol genealógico.