Así fue la última conversación entre Pedro Infante e Irma Dorantes
Ninguno se esperaba que esas fueran las últimas palabras del ídolo del Pueblo.
En las películas, Pedro Infante era un mujeriego empedernido, y en la vida real también tuvo varios amores, sin embargo, algunas de esas relaciones fueron más especiales que otras y una de ellas fue con su última esposa, Irma Dorantes.
Él actor habría arreglado todo para poder unirse en matrimonio con la actriz el 10 de marzo de 1953, en Mérida, tan sólo unos meses después de haber iniciado su noviazgo. Desde ese momento, ella se dedicó al hogar por petición de él.
Dorantes se mudó a la casa de Cuajimalpa del sinaloense, que entre sus planes tenía poner la propiedad a nombre de ella. Su vida era como la de cualquier otro matrimonio; sin embargo, arrastraban problemas legales, pues María Luisa León, exesposa de él aseguraba que nunca le había dado el divorcio y lo denunció por bigamia.
A pesar de las críticas, los constantes rumores y sus problemas legales, ellos trataban de vivir en familia acompañados de su única hija, Irma Infante, quien nació dos años después de la boda.
No obstante, la relación llegó abruptamente a su fin el 15 de abril de 1957, cuando el avión en el que él viajaba se estrelló poco después del despegue en el patio de una casa.
El cantante tuvo que regresar a la Ciudad de México, de Mérida, antes de lo planeado, ya que le notificaron que su matrimonio con Dorantes había sido anulado unos días antes y él quería solucionar el problema legal lo antes posible.
Irma asegura que desde que le llegó la notificación de que ya no estaban casados, se mantuvo en constante comunicación con Infante, pues la noticia le preocupaba.
El protagonista de 'Los Tres Huastecos' la llamó para decirle que había encontrado un avión en el que viajaría. Minutos antes de abordar el avión de TAMSA, Pedro llamó por última vez a Irma para decirle que se dirigía a la Ciudad de México, pero también para pedirle un favor especial.
¿Sobre qué hablaron Pedro Infante e Irma Dorantes en su última llamada?
Ninguno se esperaba que esa sería su última conversación, por lo que fue como cualquier otra plática antes de abordar el aeroplano, rápida y sin nada en especial.
"Ratona, ya me voy. ¿Me haces estofado, por favor? Vas por mí al aeropuerto”, habrían sido las palabras del Ídolo del Pueblo.
Ella le dijo que sí colgaron y se dirigió a comprar un conejo para preparar la comida de su esposo. Una vez que regresó, llamo a TAMSA para saber qué noticias tenían del vuelo de su pareja.
En ese momento le dijeron que había sufrido un accidente, sin embargo, le pidieron que fuera al aeropuerto para que le explicaran lo que había pasado.
Irma Dorantes no volvió a ver el cuerpo de Pedro Infante, pues el accidente fue catastrófico. Cuando llegó a Mérida le dijeron que ya habían sellado el ataúd en donde sólo había quedado unos pocos restos. Una vez en la Ciudad de México, sólo pudo recibir el cuerpo de su esposo pero no pudo acompañarlo por no ser la esposa oficial.