El 25 de enero de 1916 llegó al mundo uno de los mejores comediantes delcine de oro mexicano, en el que también brilló María Félix, quien del barrio bravo de Tepito, Ciudad de México, pasó a ser ovacionado en Nueva York, Estados Unidos.
Dicho personaje es Adalberto Martínez Chávez, mejor conocido como Resortes, quien nació en el callejón del Estanquillo número 10 en Tepito, donde se encuentra una placa en su honor.
Resortes, apodo que le dio si hermano Carlos por su manera de "dar saltos al caminar", conoció en mundo artístico a los 15 años, cuando comenzó a vender paletas afuera del Teatro Hidalgo.
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En esa época, el director de la obra de teatro "Tierra y libertad" lo invitó a aparecer como extra; a partir de ese momento decidió seguir el camino artístico, destacando en la actuación y baile, uno de sus talentos que más llamó la atención en la pantalla grande.
Adalberto Martínez debutó en la película "Voces de primavera", mientras Cantinflas, Joaquín Pardavé y Tin Tán ya eran unas grandes estrellas; el éxito del actor llegó con la película "Confidencias de un rotulero" en 1949.
Aunque se convirtió en una personalidad reconocida prácticamente en todo México, el actor, recordado por su frase "¡Ay, mamacita!", nunca olvidó sus orígenes; es por ello que a algunos de sus personajes les imprimió un sello del barrio de Tepito, como en las cintas "El Beisbolista fenómeno", "Viva la juventud", "Los albañiles" y "Rumba caliente".
Martínez Chávez actuó al lado de estrellas como Tin Tán, Piporro, Fanny Kauffman "Vitola", Manuel "El Loco" Valdés, Tere Velázquez, Silvia Pinal y Silvia Derbez.
La última película que realizó Adalberto Martínez Chávez fue "Las delicias del poder" en 1999 al lado de La India María. Mientras que su última telenovela fue "Viva los niños" en 2002, proyecto que tuvo que abandonar debido a una afección pulmonar causada por fumar.
Resortes murió el 4 de abril de 2003 en la Ciudad de México a causa de un paro cardiaco derivado de complicaciones pulmonares. El personaje es recordado por su frase: “Resortes Resortín de la Resortera, para servirle a usted donde quiera y como quiera, menos por donde quiera y mientras Dios quiera”.
