En la actualidad existen frases que empleamos en diversos momentos de nuestra vida cotidiana, sobre las que muchas veces no cuestionamos el significado.
Una de ella es ‘te la bañaste’, que suele ser empleada por ciudadanos y ciudadanas que habitan en ciudades norteñas como Monterrey, Nuevo León.
En esta ocasión te hablaremos de lo que hay detrás de la oración ‘te ponen los cuernos’, que está relacionada con las infidelidades en relaciones de pareja.
Alrededor del mundo existen personas que han sido víctimas de traiciones, por lo que coloquialmente se les denomina ‘cornudas’. Hasta hay una canción denominada ‘El Venado’ que retrata la situación.
Según la Real Academia Española (RAE), ser el cuerno de alguien significa una “infidelidad matrimonial. U. m. en pl. Sufrir el cuerno. Llevar los cuernos. Poner los cuernos”.
Pero la situación no sólo se da entre personas casadas, pues también ocurre con quienes tienen noviazgos o empiezan a vincularse afectivamente sin saber que la otra persona ya está con alguien más.
| Foto: Pixabay (imagen ilustrativa)
Este es el oscuro origen de la frase ‘te ponen los cuernos’
El portal Infobae recuperó una definición plasmada en el Diccionario de Autoridades de 1729, en donde se describe a la situación como “faltar o hacer faltar a la fe del matrimonio”.
No obstante hay un antecedente más antiguo, que implica una oscura práctica con la que básicamente se violentaban los derechos de las mujeres.
La filóloga francesa Héloïse Guerrier escribió un libro llamado ‘Guía etimológica’, en donde brindó una explicación sobre el origen de la frase ‘te ponen los cuernos’.
Para eso se remontó a la Edad Media, época en la que los señores feudales estaban en su apogeo y tenían a su disposición a los siervos del reino.
Cuando había bodas los individuos poderosos tenían la posibilidad de ejercer ‘el derecho de pernada’, que no era otra cosa que tomar a la novia en la noche de las nupcias.
Evidentemente esa era una actividad que vulneraba a las mujeres, pues no había consentimiento pero ellas tenían que someterse para evitar castigos y hasta la muerte.
Durante esa práctica los señores feudales solían poner una cornamenta en la puerta de la casa de la novia, como indicador de que ella pasaría su primera noche de casada en otra cama.
Es así como ‘el derecho de pernada’ mutó a la frase ‘te ponen los cuernos’, que siglos más tarde terminó por ser vinculada con las infidelidades de hombres y mujeres.
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