Sabemos que el futbol está plagado de supersticiones, ¿quién no ha vivido un mundial y ha visto los partidos del Tri con la misma camiseta por si las dudas eso ayuda? Los jugadores de futbol no escapan a estas tradiciones y supuestos hechizos que los hace sentir ganadores.
Sebastián Abreu, conocido como el Loco, apodo lo define de pies a cabeza, es uno de estos jugadores que buscan señales y detalles para confirmar que hará gol, o repite las escenas previas a un partido en el que marcó más tantos de los que había imaginado.
Tal es así que Julio César Pinheiro, recuerda algunas anécdotas del jugador y lo define como un loco cabalero, dando a entender que la vida del deportista en Cruz Azul, estaba signada por una relación de supersticiones con los goles que marcaba.
“El ‘Loco’ traía muchas cábalas, de suerte, de números y todo eso”, recuerda Pinheiro.
“En el autobús, antes de un partido que metió dos goles, íbamos tomando mate y no sé qué pasó en el autobús que se frenó y se quemó la mano con el mate. Bajamos, fuimos al partido y metió dos goles”.
Luego, en el siguiente partido, el ‘Loco’ quiso recrear el accidente, pero no logró el frenón que le quemó la mano.
Por lo que decidió encontrar la réplica de otra forma según cuenta Pinheiro: “Íbamos en el autobús platicando. No pasaba nada para que se cayera el mate y se quemara, porque él creía que quemándose otra vez iba a meter dos goles.”
“Era increíble, era muy cabalero, creía mucho en esas cosas. Íbamos llegando al estadio y él mismo tira el mate para quemarse. ‘¿Qué haces buey?’, le pregunté y él ‘pues no ha pasado nada para quemarme y pues yo mismo me quemo porque si no, no podré meter goles hoy’, y metió gol. No dos, pero metió uno”.
Tomás Campos, que también fue testigo de las locuras de Abreu, cuenta: “Estábamos en la sobremesa y le pusimos la cuchara al ‘Loco’ para que brincara, porque estaba caliente la cuchara y ¡Tómala! Metió dos goles”.
“En la siguiente concentración quería que le quemáramos la mano porque el ‘Loco’ era cabalero. Lo quisimos repetir, pero él hasta que no terminara esa cábala y seguía metiendo goles no la quitaba. El ‘Loco’ era algo especial, gran tipo” recuerda Campos.
“Si usaba un calzón que le fuera bien en esa semana, en la otra tenía que ser el mismo calzón” asegura Pinheiro mientras recuerda las locuras de Sebastián.
De acuerdo a los recuerdos de Campos y Pinheiro, el Loco Abreu se ganó a pulmón su sobrenombre ya que “Si en una semana hace dos goles, en la próxima intenta hacer las mismas cosas que hizo al partido que antecedió los dos goles. A él le funcionaba, pero para mí está más ‘Loco’ que no sé qué”, subrayó Pinheiro.
