El futbol despierta pasiones en sus aficionados sin importar de donde son, a que se dedican o cual es su pensamiento y el mundo del narcotráficono escapa a la emoción de gritar un gol, por eso es que en muchas oportunidades hemos escuchado sobre la relación del narco y este deporte.
Infinidad de anécdotas cuentan como los narcos se inmiscuyen en el futbol para intentar darle una victoria al equipo de su preferencia, casos como el de Pablo Escobar con el Atlético o del Mariachi con su jugador favorito el Pájaro Juárez no nos son extraños.
Situaciones en que jugadores, árbitros o entrenadores se las han visto de a malas por las “apretadas” de estos señores que no han conocido el azar. Hoy vamos a hablar de 3 jugadores entre tantos que no la pasaron bien e incluso perdieron la vida, debido a su relación con el mundo narco.
El 2 de julio de 1994, Andrés Escobar fue asesinado, solo 10 días después de hiciera un gol en contra en el partido entre Colombia y Estados Unidos en que se disputaba el Mundial de Futbol.
Escobar se encontraba en el aparcamiento de una discoteca en Medellín cuando los hermanos Juan Santiago y Pedro Gallón Henao, lo increparon.
El chófer de los Gallón, Humberto Muñoz Castro, disparó 6 veces contra Escobar, que fue herido en un pulmón, estómago, cuello y antebrazo izquierdo, lo que lo llevó a la muerte.
Varias teorías surgieron de su asesinato, entre ellas, que los capos del narcotráfico perdieron mucho dinero en apuestas.
Lo llamativo es que días antes de su violenta muerte, Escobar publicó una columna en el diario El Tiempo. La tituló La vida no termina aquí y terminaba así: “Hasta pronto, porque la vida no termina aquí”
Fue uno de los asesinatos con más repercusión mundial cometido por el narco.
El 3 de febrero de 1993, con solo 23 años, Omar Cañas, conocido como El Toro y La Fiera, fue asesinado, junto a otras tres personas. Una de ellas era el hermano de un jefe de sicarios del cartel de Medellín.
Cañas destacó en Atlético Nacional y brilló en el Sudamericano sub-20 de 1988. También jugó con la selección colombiana el Mundial juvenil de 1989 en Arabia Saudí y los Juegos Olímpicos de Barcelona ‘92.
Tras una lesión se acercó al narco en Medellín, una relación que lo llevó a la muerte segura.
En octubre de 1996, Felipe Pérez fue asesinado con ocho balazos.
En junio había salido de la cárcel, donde había pasado tres años por colaborar con el cartel de Medellín.
En su casa encontrados 20 uniformes camuflados, 158 cartuchos para fusil R-15 y MK2, pistola y escopeta, así como 43 proveedores para fusil AUG y elementos para la fabricación de explosivos.
Tenía 29 años cuando murió.
Jugó en Atlético Nacional y Envigado y fue internacional juvenil con Colombia.
Es claro el futbol y el narcotráfico no es una buena dupla, la relación entre estos dos mundos suele terminar en catástrofe como la de estos 3 jugadores y muchos más que no lograron contar su historia.
