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¿Santiago? La razón por la que hay nombres que también son apellidos

Seguramente conoces apellidos como “Guillermo”, “Santiago” o “Miranda”, te explicamos por qué estos nombres funcionan también como apellidos.
Esta es la razón por la cual algunos nombres son también apellidos.
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En México es normal que las familias tengan dos apellidos, el paterno y materno, a diferencia de otros países europeos. Lo que suele llamar la atención, es que es común que uno de esos dos apellidos sea en realidad un nombre que funge como apellido, como es el caso de “Miranda”.

¿Cómo se originaron los apellidos?

Como sabemos, en México los apellidos más comunes suelen ser aquellos que terminan en “ez”, lo cual hace referencia a “hijo de”. Por ejemplo, aquellos que se tienen “Rodríguez”, significa que sus ancestros eran conocidos como “hijo de Rodrigo”. O, en caso de los apellidos norteamericanos o ingleses, se hace referencia con “son” que significa “hijo”. Por ejemplo, el apellido Jhonson, es la unión de “Jhon” con “Son” y sería algo como "Jhon's Son" que significa "hijo de Jhon" lo cual se adaptó finalmente a como lo conocemos.

Esta es la razón por la cual a algunos apellidos se les agrega el prefijo 'De'.

En fin, también se sabe que existen apellidos basados en profesiones u ocupaciones que tenían nuestros ancestros, como “Alfaro”, que hace referencia a alguien que trabajaba en la alfarería. O aquellos que señalan el lugar de residencia de una familia, como “Montés” o “Torres”.

¿Por qué hay apellidos que son simplemente un nombre?

En el caso de aquellos apellidos que son mayormente conocidos como nombres, pasa algo bastante simple. Como sabemos, éstos fueron creados para ubicar a miembros de familias más grandes, cuando las ciudades comenzaron a crecer y ya no era suficiente conocerse unos a los otros. Mientras que unos se adaptaron como lo mencionamos anteriormente, con respecto a su lugar de residencia, ocupación o sabiendo de quién eran descendencia, los apellidos que son también nombres no son más que otra manera de ubicar a las familias.

En México usamos el apellido del padre y de la madre.

Mientras que había nombres que se adaptaban fácilmente al “ez” había otros que decidieron no modificar el nombre del padre o madre a cargo de la familia, y sus hijos comenzaron a ser conocidos como “Juan de Santiago”, hasta que con el tiempo se removió el “de” y se quedó simplemente el nombre original. Esto funcionaba porque pese a todo, se entendía que “Juan Santiago” se refería a que Juan era hijo de Santiago.

Con el tiempo todos estos nombres de ancestros se hicieron cada vez más comunes, y es por eso por lo que ahora conocemos más y más “León”, “David” o “Agustín”, que, cuando se hace mención o pase de lista, se cree que se trata del segundo nombre de alguien, sin embargo, después se entiende que es el apellido y no el nombre, por lo que no hay mayor problema.