Historia del pollo rostizado, el platillo favorito de un rey de Inglaterra

El pollo rostizado es uno de los platillos más famosos en México, está al nivel de una deliciosa michelada, nadie se ha quedado sin probar uno, pero pocos saben de dónde surgió esta famosa receta que era el deleite de un rey de Inglaterra.

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¿Cuál es el origen del pollo rostizado?

Así, el pollo rostizado es uno de los alimentos menos valorados de la gastronomía mexicana, a pesar de ser de los más sanos, ya que no se utilizan grasas saturadas ni otros aceites más allá del natural que tiene el ave, muchos prefieren consumir este platillo en otra presentación.

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Una de las delicias que suelen consumir los mexicanos son los famosos pescuezos, una de las delicias que nos regalan las rosticerías en cada esquina, además que son económicos y muy sabrosos.

La historia del pollo rostizado se remonta a una de las formas más antiguas de preparar la carne de esta ave, ya que se sabe que esta forma de cocción ya existía en la Edad Media, donde existían parrillas y espiedos que giraban con la ayuda de animales.

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Posteriormente, los pollos rostizados se realizaban con máquinas de vapor o máquinas que hacían girar la carne, la mayoría de ellas hechas de forma casera.

Debido a la relativa sencillez de la preparación y rico sabor, era el platillo favorito del rey Ricardo Corazón de León, lo cual se hizo muy popular y en las tabernas solían prepararlo para los forasteros.

¿Cómo llegó la receta del pollo rostizado a México?

Pero en México, el consumo del pollo rostizado es reciente, ya que no era un animal endémico de América y su preparación data después de la Conquista de América, con la introducción de estas aves en la dieta.

De acuerdo con documentos que datan de la época prehispánica, los indígenas podían criar como mínimo 12 gallinas y seis guajolotes, por lo que comenzaron a consumir el pollo de diversas formas.

Pero la receta del pollo rostizado no se perfeccionó hasta la era moderna en México de la mano de Pollos Río, cuya sucursal matriz yacía en la calle de Gutemberg en la colonia Anzures de la Ciudad de México.

En un principio, la rosticería hacía los pollos a la leña, pero poco a poco los imitadores fueron sustituyendo la máquina por gas y los convertían en aves rostizadas.

De esta forma, en pocos años, las rosticerías crecieron por todo el país y ahora, la diferencia es en cómo hacen el pollo rostizado, el cual debe ser marinado para tener un mejor sazón o utilizan diversas salsas para darle otro toque.

Después de todos estos años, existen rosticerías en casi todas las colonias de México, son económicas y es muy saludable si se cocina sin añadir grasas.