Dicho juguete es tan popular en el mundo, que incluso hay concursos para ver quién puede armarlo lo más rápido posible. Actualmente, Max Park, un joven con autismo, tiene el récord mundial, al armar el cubo en solo 5.9 segundos en la Red Bull Rubik’s Cube World Cup de 2020.
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¿Quién y cuándo se inventó el cubo Rubik?
"El cubo de Rubik nació como una herramienta para la enseñanza", comentó el creador del juguete, del cual se han vendido más de 450 millones de piezas, en una entrevista con Esquire.
Dicho personaje es Erno Rubik, quien hizo el primero prototipo del cubo en 1974. Cuando salió al mercado era llamado cubo mágico y fue hasta 1980 que cambió a cubo de Rubik.
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El hombre, profesor de arquitectura, reveló que su juguete nació porque buscaba una forma de demostrar el movimiento tridimensional su alumnos de arquitectura de la Universidad de Budapest.
"Para ello utilicé madera, bandas de goma y clips, y así nació el prototipo. Pero necesitaba algún tipo de codificación para darle sentido a las rotaciones del cubo, así que usé la solución más simple y directa: los colores primarios", dijo.
Rubik confesó que, nunca se imaginó que su creación se convertiría en "una locura mundial"; sin embargo, desde el principio supo que había "creado algo revolucionario".
"Nunca busqué la fama o la riqueza, pero obviamente mi vida sin el cubo habría sido otra. No creo que yo personalmente hubiera sido muy distinto al que soy hoy. Sería la misma persona, pero sin cargar con el peso de la fama", agregó.
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De acuerdo con Erno Rubik, el cubo no es solo un juguete, porque es capaz de sacar las emociones más nobles y hasta las más negativas de los seres humanos. Aunque lo que más le gusta de creación, es que la puede jugar cualquier persona, sin importar su origen social.
"El cubo de Rubik habla de las características humanas más nobles y universales: curiosidad, alegría, inteligencia, sencillez, diseño, diversidad, libertad, resolución de problemas. También conlleva emociones negativas: frustración, impaciencia, enojo ante la dificultad de resolverlo. Lo que más me gusta es que no distingue el origen social del jugador, ni el color de su piel, la edad o el sexo, porque el cubo encapsula el rompecabezas que todos somos", resaltó Erno Rubik a Esquire.
