Pelotero de Grandes Ligas, ídolo de México y con muchos billetes en la cartera. El sueño mexicano, el sueño americano. Hoy Randy Arozarena vive la vida que alguna vez sólo existió en su mente, pero el camino no fue nada sencillo. Tuvo que poner en riesgo su vida porque escapó de Cuba y llegó a México en una lancha tras pasar 9 horas en el mar.
Randy Arozarena González lleva unos años haciendo bien las cosas en la MLB, pero se ganó el corazón de los mexicanos en el único Mundial donde nos fue bien: en el de beisbol. El jugador le hizo caso a Chavela Vargas y aunque nació en Pinar del Río Cuba, es más mexicano que un taco.
Con 28 años, sabe que llegar al deporte de Estados Unidos fue en gran parte por lo que hizo en México y quiso recompensar al país. Pero jugar para nosotros necesitaba de burocracia y el mayor pelotero tricolor sabía que era una buena noticia: AMLO le dio la nacionalidad para representarnos y no falló.
El triunfo no está garantizado, se necesita de suerte, de apoyo y todos los astros se alinearon en favor de Randy, quien estuvo en entrevista con Fox Sports. Pero la vida no iba a dar todo sencillo al pelotero nacido el 28 de febrero de 1995 y antes de triunfar se llevó a su padre. El señor murió en la grada, cuando su hijo estaba a punto de jugar.
Para Randy este fue un tremendo golpe y después la vida le volvió a conectar un gancho al hígado. El jugador quería ir a la Serie del Caribe con Cuba tras buenas actuaciones, pero lo dejaron a un lado y se decepcionó de la pelota. Es en este momento cuando decide irse de la isla.
“Al no tener a mi papá y decepcionarme de la pelota yo dije ‘tengo que escaparme de aquí para ayudar a mi mamá’. Lo hablé con mi mamá y me escapé en una lancha. Salí de cuba como a las 3 de la mañana y llegué a México, a Isla Mujeres, como a las 12 del día. Tienes que escaparte de la policía, pero saber que te vas a jugar la vida en el mar”, indicó Randy.
Iba con compañeros de beisbol, un tío para un total de 9 personas en aquella lancha. A pesar de que rindió frutos, no lo volvería a hacer porque es poner en riesgo a su familia, su vida.
Así fue como Randy Arozarena escapó de Cuba y llegó a México en lancha. Pudieron haber sido las 9 horas más complicadas de su existencia, pero al final, tiene su recompensa y es un ídolo de multitudes.
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