A inicios de la década de 1970 Necaxa, hundido en una profunda crisis económica, pasó por uno de los peores momentos de su historia. La directiva del club vendió la franquicia, la cual fue adquirida por un grupo de empresarios españoles. Los europeos borraron sin pensar la historia de los Electricistas y le dieron vida al Atlético Español.
Pese a la negativa de la afición, el paso de los Toros no fue del todo malo. Luego de salvar la categoría en su primera Liguilla por el descenso, el club logró buenos resultados. En la temporada 74/75 fue subcampeón del Cruz Azul y esto le valió disputar la Copa de Campeones de la Concacaf en 1975.
Tras golear a Transvaal de Surinam se ganaron el boleto para disputar la Copa Interamericana ante el ganador de la Copa Libertadores. Allí, en terreno neutral (Estadio Olímpico de Caracas, Venezuela), se cruzó con Independientede Argentina. El partido de ida finalizó igualado 2-2 y el de vuelta, disputado en el mismo escenario, culminó sin goles. Por lo que el campeón se definió por penales. Allí los argentinos fueron efectivos y lograron dar la vuelta olímpica
Años más tarde, la historia de Atlético Español llegó a su fin. Pese a los buenos resultados, los Toros nunca tuvieron la aceptación de los aficionados y esto le puso punto final a su historia. Para la temporada 1982/83 los directivos de Atlético Español decidieron vender su franquicia a Televisa, quien le devolvió al club sus colores y su escudo del Necaxa.
