Voló de Cancún al Azteca: América ilusiona a sus águilas

"¿También vas para el Azteca?", me preguntó. Faltaban 15 minutos para el silbatazo inicial del América vs. Puebla y ambos estábamos afuera de un supermercado. Compartimos el taxi con la esperanza de llegar a tiempo y aún sin los boletos en la mano. Él voló de Cancún al Azteca. Así ilusiona el equipo a sus águilas.

Sin saberlo, los dos estuvimos en la misma fila de Ticketmaster esperando imprimir las entradas. La caja cerraba a la misma hora que iniciaba el partido y la misión parecía imposible. Solo quedaba la taquilla del estadio para hacer válidos los boletos. Él sabía que iba al partido por la playera azulcrema.

"¿Sabes dónde está la taquilla? Es que no soy de aquí", me comentó mientras el señor taxista omitía un tope que llevó nuestras cabezas al toldo del auto. Con risas de por medio y menos estrés, reveló en que venía de Cancún, cerca del parque de Xel-Ha. No era su primer partido de la temporada, pero sí el único en que se le había hecho un viacrucis conseguir los boletos.

Había venido al partido contra Pumas y contra Tigres, "y si llegan a la final, también vengo", subrayó sin saber cuánto gastaría, una cifra que solo las aerolíneas conocen. Hicimos la fila en el estadio. "Gooooool", escuchamos mientras el cajero aún no llegaba a nosotros. Brian Rodríguez puso el primero para el América al minuto 21 y solo percibió el rugir del estadio.

El segundo gol de Henry Martín, al 27, se quedó cerca de presenciarlo. Iba a media rampa del estadio, a media distancia de su asiento. De los 6 tantos que hubo, gritó 3 ya en su lugar. Regresará este domingo a Cancún con una anécdota más grande que el propio resultado de un partido que presupuestaba "era sólo de trámite".

América golea a Puebla y está en semifinales de la Liga MX

América ganaba 2-1 al medio tiempo, pero la afición ya espera de este plantel que no pierda, empate y tampoco gane por un gol. Al reanudarse la segunda mitad, Roger Martínez puso el tercero y desde ese momento la tribuna entró en una fiesta. ¿Quién tenía el balón? Quién sabe. La gente quería organizar la ola para festejar desde la zona alta del estadio.

Tristemente, para su causa, nunca lograron contagiar al resto del estadio. Los miles de presentes sólo estaban coordinados para gritar los goles. Álvaro Fidalgo puso el cuarto para 'las águilas' al 60 y tampoco era suficiente. El quinto y último tanto lo convirtió Miguel Layún de penal a 5 minutos del final del encuentro. La llave estaba cerrada por un aplastante 11-2 global.

Comentarios anónimos revelaban la ilusión de los americanistas: "ojalá no vaya a pasar como con 'las águilas africanas'", decía alguien mientras su compañero únicamente atinaba a señalar que esperaba ver la 14 en las vitrinas del club.

América ilusiona en todo el país. Uno de sus aficionados voló de Cancún hasta el Azteca para ver al club ganar de nuevo. Sí, la llave estaba sentenciada, pero la fiesta que hubo en el 'Coloso de Santa Úrsula' no la vive todos los días.

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