Chayanne, quien en varias ocasiones ha demostrado que los años no pasan por él, ha sido uno de los personajes latinos con mayor presencia en el corazón de las madres mexicanas. Si naciste entre los años 80 y 90, seguramente tu mamá en algún momento te dijo que tu verdadero padre era el puertorriqueño. Pero seguramente en algún momento te has preguntado de dónde surgió su nombre artístico.
Aunque su nombre de pila es Elmer Figueroa Arce todos lo conocen por su nombre artístico, y fue en el año 1984, cuando lanzó su primer álbum como solista, titulado “Chayanne es mi nombre”, dando paso así a lo que se volvería un ícono en los hogares latinos.
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Con más de 32 años de carrera artística como solista, se sigue manteniendo en la ola de la fama. Y, aunque no es muy activo en las redes sociales, se ha sabido ganar el cariño de las nuevas generaciones a través de diferentes plataformas.
El icónico nombre que, seguramente, trascenderá generaciones, tiene su origen gracias a una persona sumamente querida por el cantante. Según ha contado en entrevistas, quien le puso este apodo desde muy pequeño fue la señora Irma Luz Arce, su madre.
Resulta, que cuando la señora Irma era joven, veía una serie estadounidense protagonizada por Clint Walker, quien daba vida al personaje de Cheyenne, un galán del medio oeste. Así es, la mamá de Chayanne tuvo a su propio Cheyenne.
El gusto por este personaje fue lo que hizo a la madre del cantante llamarlo de esta manera por muchos años.
En una entrevista, el cantante comentó que su mamá lo llamaba así de pequeño de cariño, y con el paso de los años el apodo siguió tomando fuerza, hasta que tuvo la oportunidad y lo adoptó como su nombre artístico.
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“Mis padres vivieron en Nueva York durante 18 años, mis primeros dos hermanos nacieron ahí y mi madre siempre veía una serie de televisión que se llamaba Cheyenne y por eso me puso ese nombre como apodo”, dijo durante una entrevista.
Y aunque la madre del famoso falleció en 2014 debido al cáncer, le debemos a ella el apodo del cantante. Pues no hay nadie, por lo menos en América Latina, que no sepa quién es Chayanne.
