(VIDEO) Pedro Infante fue forzado a grabar esta escena con Susana Cora aunque le parecía infame

Aunque Pedro Infante, el ídolo de Guamuchil, tenía fama de tener un lado oscuro y ser muy coqueto fuera de la pantalla, cuando estaba frente a una cámara era muy respetuoso con sus compañeras actrices.

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Principalmente con aquellas a las que conocía solamente dentro del set y con quienes había cruzado apenas unas palabras.

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Fue así que cuando grababa la segunda película importante de su carrera, "Jesusita en Chihuahua", al leer el libreto le pareció que era mejor abstenerse de grabar una escena.

Y es que aunque el filme no incluía una escena no apta para niños, sí era muy agresiva según la percepción de el ídolo inmortal.

¿Cuál era la escena que le pareció infame a Pedro Infante?

De acuerdo con el propio histrión, él, en su personaje de "Valentín Terrazas", tenía que besar de una forma tan apasionada y violenta a "Teresa Marroquín" ( Susana Cora), lo que sentía que sería una falta de respeto para la actriz.

Tan infame le parecía hacer eso, que habló con el director, René Cardona, para pedirle que fuera un beso más dulce; no obstante, éste le respondió que ello no iba acorde con la personalidad del personaje, así que su sugerencia fue descartada.

Por ello, tuvo que filmar la escena en que "Valentín", un político enamorado de "Teresa", la besa fuertemente, para que ella lo elija a él y no decida casarse con otro hombre.

Pero, al estar grabando el primer beso no le gustó a Cardona, ya que pensaba que Pedro lo estaba haciendo con mucho cuidado y en las cámaras no se veía la pasión que "Valentín" sentía por "Teresa", por lo que les pidió repetir la escena.

En el segundo intento, Infante volvió a fallar y el director le gritó que lo hiciera con más pasión, pero el intérprete de "Amorcito Corazón" temía lastimar a Susana, por lo que se negó hasta que ella, de forma tranquila le dijo que estaba dispuesta a intentarlo hasta que la escena fuera del gusto de Cardona.

Al ver que ella no tenía miedo, el ídolo de Guamúchil dejó atrás los nervios y la jaló y besó violentamente. La escena quedó inmortalizada en la película de 1942.

A partir de ahí, según dijo el propio Pedro Infante, él entendió que el intercambio de besos, fueran como fueran, seguía siendo parte de su trabajo y debía aprender a seguir instrucciones y hacer todo lo mejor posible.