¿Juan José Origel heredará un preciado objeto de Silvia Pinal? Esto dijo el periodista
El periodista afirmó que la famosa ya tiene arreglado su testamentoUna vez más, Juan José Origel está dando de qué hablar por sus comentarios en el programa Con Permiso, y es que ahora realizó un polémico comentario sobre la herencia de doña Silvia Pinal.
El periodista se encontraba en compañía de Martha Figueroa y mientras ambos hablaban sobre los problemas que podrían tener los hijos de doña Silvia Pinal por la herencia de la famosa, Pepillo mencionó que no debería haber problema, pues la primera actriz ya habría repartido todos sus bienes y ya tenía arreglado su testamento.
"Ya está todo arreglado, he platicado con la señora Silvia Pinal y ella ya sabe, ya me contó, y bueno, hasta me dejó herencia...", dijo Origel, quien ante el comentario de uno de sus compañeros, preguntando si se refería al cuadro que le hizo Diego Rivera, respondió con una sonrisa en el rostro y un tono, un tanto de broma: "El cuadro, el cuadro de Diego Rivera, nada más que lo voy a prestar a un museo".
Por su parte, su compañera respondió "ay, qué buena persona eres", posteriormente Juan José soltó una ligera carcajada, por lo que se desconoce si su comentario fue real. Lo que sí es muy cierto, es que el famoso mantiene una relación muy cercana con doña Silvia Pinal a quien siempre ha considerado su amiga.
¿Cuál es el cuadro del que sería heredero Juan José Origel?
Era el año de 1956, cuando Silvia Pinal iniciaba su trayectoria en la Época de Oro del Cine Mexicano, ella tenía sólo 25 años y tuvo la oportunidad de interactuar con el pintor y muralista Diego Rivera.
El encuentro entre la actriz y el pintor habría ocurrido gracias a un amigo en común, un arquitecto que trabajaba en un proyecto de la casa de Pinal. Tras una larga plática, el muralista le comentó a la famosa que sería una extraordinaria musa para un retrato al desnudo, propuesta que Silvia declinó, pero le dijo que estaría dispuesta a modelar para algo más recatado.
Rivera accedió y comenzó la pintura. Pinal posó de pie con un vestido negro ajustado, ella misma confesó que por las noches terminaban adolorida de las piernas, pero contenta por la compañía y plática del muralista.
La jornada de trabajo tuvo una duración de tres meses y al finalizar quedó muy contenta y maravillada por el cuadro que le fue entregado.