Raúl Velasco contó cómo fue bajarse de su pedestal, tras ser famoso: "Fue humillante"
Cuando el conductor de "Siempre en domingo" quiso volver a la TV, Televisa se lo permitió.
Raúl Velasco fue uno de los conductores más queridos de la televisión mexicana, quien alcanzó la cima del éxito con "Siempre en domingo"; sin embargo, los últimos años de su vida fue olvidado por la empresa a la cual le dio tanto rating.
¿Por qué se terminó "Siempre en domingo"?
El presentador se vio obligado a despedirse de su programa y público en 1998, debido a que su salud estaba sumamente deteriorada, ya que tenía hepatitis tipo C y cirrosis, por lo que necesitó un trasplante de hígado.
En entrevista para "Historias Engarzadas", Velasco confesó que, cuando los médicos le dieron su diagnóstico y le informaron que la única cura era un trasplante, creyó que iba a morir.
"Cuando los médicos me dijeron, tiene hepatitis C, tiene cirrosis y hay que hacer un trasplante, yo pensé que me iba a morir, porque dicen que operarte del hígado o del corazón, son palabras mayores; sin embargo, dije, 'bueno, es el único camino que hay, vamos a hacerlo", contó el conductor que lanzó a la fama a artistas como Juan Gabriel y Thalía.
El famoso salió adelante de dicho procedimiento quirúrgico y tenía la esperanza de volver a la televisión; sin embargo, no fue así, porque Televisa, empresa para la que trabajó por décadas, no se lo permitió.
"Siempre pensé que me iba a recuperar y siempre pensé que iba a tener oportunidad de trabajar, de seguir haciendo algo en favor del público, pero ahí es donde me falló, porque no dependía de mí", contó Raúl Velasco.
Debido al rechazo de la televisora de San Ángel, el exconductor de "Siempre en domingo" se vio obligado a "bajarse de su pedestal" y pedir trabajo.
A pesar de su experiencia y entusiasmo por trabajar, no le dieron una oportunidad, lo cual fue humillante para el famoso nacido en Celaya, Guanajuato.
"Se tiene uno que bajar de su pedestal, ser humilde y pedir empleo. Es horrible que después de haber sido quien eres, de haber hecho lo que has hecho, que llegues y (digas), 'oiga, necesito chamba', y más gacho que te diga, 'déjeme ver, vamos a ver qué podemos hacer', las clásicas salidas. Es muy humillante cuando dependes de otras personas, ¿qué haces cuando no te quieren?", confesó Raúl Velasco.
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