Un 5 de abril de 1994, Kurt Cobain fue encontrado muerto en su casa con un disparo en la cabeza. El cantante de Nirvana tenía 27 años y sufría depresión y adicción a la heroína. En su infancia no era muy fan de los deportes, como si lo es Kate Middleton, pero uno en particular lo terminó odiando por su padre.
Donald Cobain fue el padre de Kurt y decidió llevarlo a una escuela de lucha cuando era niño. Esta decisión no le gustó para nada al cantante de Nirvana, pero tuvo que hacerlo por obligación. Al momento de participar en una competencia se quedó sentado ante la sorpresa de todos y de esa manera nunca más volvió a practicarlo.
El deporte que si le gustaba a Cobain
En los años 80, su padre lo llevó a practicar lucha porque en el colegio era blanco de todo tipo de burlas por su cuerpo escuálido.
Kurt Cobain se negó a pelear por sus principios y fue enemigo de la violencia. En la escuela recibió todo tipo de insultos por tener amigos homosexuales.
Mientras que la lucha no fue su deporte favorito, la natación fue todo lo contrario para Kurt Cobain.
En Washington daba clases de este deporte a niños antes de alcanzar la fama con Nirvana.
A los 22 años, Cobain decidió formar una banda que le daría fama mundial creando el grunge, un nuevo estilo de música.
Su relación con el deporte no era tan fuerte como la otra banda de Seattle, Pearl Jam, quienes eran fanáticos de la NBA y del equipo de la ciudad, Seattle Supersonics.
La primera guitarra que tuvo Cobain en sus manos fue a los 14 años por una gestión que hizo su tío en un centro musical.
