La persona encargada de cerrar el trato fue Jorge Alberto Hank, un excéntrico millonario con fuertes contactos políticos y asociado al crimen organizado.
Hank es el propietario del equipo y también tiene una red de casinos y un galgódromo en Tijuana. El clan de los Hank también son los dueños de los Xolos de Tijuana de Primera División.
Su padre, Jorge Hank Rhon, es un personaje que ha sido señalado de operar sus negocios rayando la ilegalidad y de posibles nexos con el narcotráfico, pero al mismo tiempo goza de enorme simpatía.
“Hank Rhon tiene una faceta filantrópica de apoyo a necesitados, a diario hay gente en su oficina solicitando algún apoyo y se los da. Financia anónimamente operaciones, tratamientos médicos”, afirmó Víctor Clark, director del Frente Binacional de Derechos Humanos y catedrático de centro de estudios latinoamericanos de la universidad de San Diego, California.
