Pep Guardiola no dudó en vender al Cole Palmer al Chelsea el verano pasado y el futbolista, que en su momento demostró cierta destreza en el Manchester City, hoy es un armador de oportunidades de ataque impensadas.
A través de su juego y su destreza el jugador a dejado muy en claro, sin decir una sola palabra que quizás permitir su fichaje en el equipo de Inglaterra no fue la mejor decisión de Guardiola, al menos para el Manchester.
Una decisión que fue cuestionada
Es conocido por todos que el Chelsea ha invertido sumas astronómicas en jugadores que luego no demostraron su valía como tal.
Casos como Raheem Sterling, Marc Cucurella o Mykhaylo Mudryk, que llegaron con su fichaje llenaron de expectativas a técnicos y aficionados, pero que, a la hora de la verdad, no lograron dar con las expectativas.
Lo mismo pasó con Cole Palmer, pero a la inversa, es decir que el Chelsea fue muy cuestionado cuando invirtió en el jugador.
Los 47 millones de euros que puso el equipo británico para adquirir al jugador que el Manchester City no supo apreciar, fue muy cuestionado por técnicos y aficionados en su momento.
Sin embargo, el jugador de tan solo 21 años, ha demostrado en los después de diez partidos en el Chelsea que invertir en su fichaje fue una de las mejores decisiones tomadas.
Es que el joven futbolista ha logrado abrir un juego que se encontraba estancado en cuanto al ataque.
Gracias a su destreza y anticipación el deportista logra crear oportunidades de ataque en espacios reducidos, brindando posibilidades de juego donde aparentemente no las hay.
