¿Cuáles son las cantinas más antiguas de la CDMX?
La capital del país es un excelente lugar para viajar el pasado y que mejor que hacerlo con un trago en la mano.02 de agosto, 2022 | 07:20 p.m.La Ciudad de México tampoco duerme. Tiene una de las ofertas culturales más grandes del país y de Latinoamérica. Si alguna vez has querido echar un trago con tus amigos, seguramente te habrás dado cuenta de que sobran sitios para hacerlo. Hoy te tenemos una propuesta histórica y por ello te vamos a presentar las cantinas más antiguas de la CDMX.
En el Centro Histórico abundan los sitios donde los muros nos podrían contar anécdotas de hace cientos de años. Por sus pasillos han desfilado décadas, vestimentas, personas de distintas épocas y tomar una cerveza ahí sería una experiencia más que importante.
Estas son las cantinas más antiguas de la CDMX
La Peninsular
Cuando un récord está en juego, es común que se lleva a cabo una especie de batalla. Hasta el 2008, esta cantina junto con El Nivel, se disputaban el título de la más antigua. La segunda mencionada estaba en la calle de Moneda frente a Palacio Nacional y fue inaugurada 15 años antes, solo que ambos establecimientos recibieron el permiso en 1872 y hoy este lugar es el más histórico en la capital mexicana.
La Ópera
En la actualidad se localiza en la calle 5 de Mayo donde adoptó este nombre que todos conocemos. Sin embargo, su historia comenzó en la segunda mitad del siglo XIX cuando las hermanas Boulangeot decidieron abrir una chocolatería para quienes oían ópera en el teatro principal. Antes estaba en donde hoy se levanta la Torre Latinoamericana y se cambió a su actual ubicación para vender alcohol.
Bar Gante
Este sitio fue el favorito de políticos, escritores y por supuesto, de periodistas. Se inauguró a principios del siglo pasado y cuenta la leyenda que Renato Leduc vivía ahí y que incluso el expresidente de la República, Abelardo Rodríguez, recibió la noticia de su nombramiento como jefe del ejecutivo en este lugar. Aunque se remodeló, aún tiene tintes del pasado.
Si no tenías planeado para nada el fin de semana, puedes intentar visitar una de las cantinas más antiguas de la Ciudad de México. Seguramente pasarás no sólo un rato agradable, sino que harás un viaje al pasado.