Chilaquiles: ¿cuál es su origen y quién los inventó?
¿Te has puesto a pensar cómo surgió el platillo que se puede disfrutar de mañana, tarde o noche?
Los chilaquiles tienen un lugar especial en el corazón de los mexicanos, y si conoces los lugares en CDMX que son famosos por su receta, seguramente ya has probado de los mejores que existen. Pero ¿sabes cuál es el origen de este platillo ancestral? Nosotros te contamos.
¿Cuál es el origen de los chilaquiles?
Para saber el origen, primero debemos saber su etimología, pues es una palabra proveniente del náhuatl compuesta por dos términos. De acuerdo con Ángel María Garibay (1892-1967), sacerdote y nahuatlato, la palabra chilaquil proviene de la voz náhuatl chilaquilli, que a su vez está compuesta por las palabras chili «chile», y aquilli «[algo] metido en». Por lo que hace referencia a algo que está sumergido/metido en chile.
Ahora, el registro más antiguo que se tiene de este platillo fue aportado por Fray Alonso de Molina en 1571, quien llegó a la Nueva España durante su niñez, aprendió náhuatl y sirvió como evangelizador e intérprete bajo las órdenes de Hernán Cortés.
Según su libro Vocabulario en Lengua Castellana y Mexicana, los antiguos mexicas llamaban “chimulli” a la salsa de “chilli”. La referencia más obvia a los chilaquiles se da cuando el franciscano comenta que los antiguos indígenas aprovechaban las tortillas duras del día anterior remojándolas en una salsa con bastante chile. Sin embargo, el momento en la cual comenzó esta costumbre se desconoce, aunque sigue hasta el día de hoy.
No se sabe si los chilaquiles tenían una presentación en especial en la época prehispánica como ahora, que sabemos que se trata de totopos de tortilla dorados en aceite, bañados en salsa y acompañados de carne de nuestra preferencia, con crema y queso.
Lo que sí queda claro, es que la crema y el queso fueron agregados después de la conquista, ya que estos productos fueron traídos por los españoles.
Por otro lado, la primer receta de éstos lo más cercanos a lo que conocemos hoy en día, apareció en 1821, en el “Arte nuevo de cocina y repostería acomodado al uso mexicano”. Aunque el modo de preparación es más elaborado y un tanto diferente al nuestro:
“Se cuece carne de puerco y chorizos (pero éstos no se echan hasta que la carne esté á medio cocer,) se fríe todo y se aparta del fuego: se tiene pronto el clemole, las tortillas y el ajonjolí tostado; [Debes poner la] capa de carne y se tapa con tortillas; se le echa caldo de clemole y un puñado de ajonjolí; de este modo se hace con las demás: se les echa manteca de la regular porque las tortillas la embeben mucho.”
Aunque este platillo proviene de la época prehispánica y, probablemente, al inicio era muy diferente a lo que es hoy en día, en la actualidad no hay quien se pueda resistir a un buen plato de chilaquiles, con pollo, crema y queso. Ya sea para desayunar o “el bajón” hay más de una persona que agradece la existencia de este manjar.