¿Cómo puedo saber si mi gata está embarazada?
Conoce el comportamiento que puede adoptar tu gato y que te mostrará que podría estar embarazada.Las gatas son unos de los animales más fértiles, por lo que la gestación de éstas puede producirse en cualquier momento en el que estén en celo, es decir, varias veces al año. Además, de que al principio es un poco complicado de detectar un embarazo.
Lo primero que debes saber es que el embarazo dura entre nueve y 10 semanas, es decir alrededor de dos meses y medio. La duracuón se cuenta desde el día que tuviera lugar la cópula con el gato macho.
Una característica sobre la reproducción de las gatas es que pueden aparearse con varios machos durante la misma fase ovulatoria. Esto tiene como consecuencia que, en una misma camada, puedan haber gatitos de diferentes padres. El primer celo de una hembra suele a aparecer entre los seis y nueve meses de edad.
¿Cuáles son los síntomas de una gata embarazada?
Al principio de la gestación puede resultar difícil descubrir si tu gata está embarazada ya que los síntomas físicos visibles empiezan a producirse alrededor de la tercera o la cuarta semana de gestación. Antes de la tercera o cuarta semana, los cambios que pueden aparecer son más bien en el comportamiento.
Pero físicamente, cambia de coloración en los pezones, se vuelven más rosados para resultar más visibles para los futuros gatitos que tendrán que mamar.
Tambíen se hinchan las mamás, pueden aparecer las náuseas entre la cuarta y la quinta semana de gestación y son consecuencia de los cambios hormonales del organismo de la gata.
El vientre abultado suele empezar a notarse a partir de la cuarta semana de gestación. Al final del embarazo, la gata podrá haber aumentado entre un 20% y un 30% de su peso habitual.
La gata puede empezar a dormir más, debido al sobreesfuerzo que el organismo de la gata necesita para crear nuevas vidas, y sobre todo vinculado a los cambios hormonales.
En ocasiones, las náuseas propias del embarazo provocan que la gata esté menos apetente y coma menos, o sea más selectiva con el alimento.
Puede ser más cariñosa o más arisca, puede darse una ambivalencia que dependerá de cómo afecten las hormonas del embarazo.
Durante la gestación, y cada vez más a medida que se qcerque el momento del parto, tu gata puede empezar a mostrar la necesidad de crear un nido para sus futuros gatitos.