Bodas: El oscuro pasado de la costumbre de elegir un padrino
Es una de las decisiones más importantes de una boda, pero hoy te vamos a contar su historia.Elegir la comida, el vestido, el traje, todo es importante al momento de una boda, pero quizá en el top 3 de prioridades están los padrinos. Ellos serán parte de tu historia con la persona que has elegido para toda la vida y por ello es necesario hacer la elección correcta. Sin embargo, en esta ocasión te vamos a contar de dónde nació la costumbre de elegirlos y te vas a sorprender.
De acuerdo con los cánones de las bodas, existen 4 padrinos de bodas principales: de velación, que son quienes suelen absorber los gastos de la iglesia y también son testigos del matrimonio; luego los de anillos, siguen los de arras que darán 13 monedas al nuevo matrimonio y que simbolizan la prosperidad; por último están los de lazo, que colocarán en los novios un lazo que los unirá para siempre.
Por supuesto que algunas otras parejas han decidido incluir padrinos opcionales como de Biblia, de rosario, ramo y hasta de cojines. Pero eso ya depende el gusto de los novios. Si estás a punto de casarte y no puedes con los nervios, mejor te invitamos a leer de dónde salió toda esta tradición que aunque es linda, sí puede provocar algunos colores de cabeza.
¿Cómo nace la costumbre de tener padrinos de bodas?
Aunque ahora todo es lindo, la costumbre de tener padrinos en bodas tiene un oscuro pasado. Todo comenzó en la época de los bárbaros donde los hombres solían raptar a jóvenes mujeres de pueblos vecinos o enemigos para llevarlas muy lejos y así casarse con ellas, si es que familia no la rescataba.
El cruel acto no lo realizaba solamente el interesado en contraer nupcias, sino que iba acompañado de un familiar o amigo muy cercano que era conocido como 'Padrino'. Esta figura no solo era partícipe del acto, sino también funcionaba como vigilante y protector de la pareja, ya que debía alertar si alguien venía por la chica.
Pero ahí no termina todo, pues en un acto de cinismo, la pareja dejaba pasar un tiempo hasta que la familia de la mujer raptada desistía y entonces regresaban al lugar de origen en busca de aceptación.
El caso de la madrina no es tan cruel como el del padrino y es que en la época antigua ya sea la madre hermana o alguna amiga debía escoltar a la futura esposa en todo su traslado hasta la iglesia para protegerla de ser robada con todas sus joyas.
El mundo moderno ya no da espacio a este tipo de prácticas y todo se ha romantizado. Ahora madrinas y padrinos hacen un papel mucho más lindo en las bodas y ahora ya sabes de dónde nace la costumbre de tenerlos.
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