¿Qué le pasó a la Mulata de Córdoba, la supuesta bruja veracruzana? Esta es su historia real
La Mulata era una mujer que contaba con una belleza excepcional.20 de diciembre, 2022 | 07:00 a.m.La historia de la 'Mulata de Córdoba' comienza en 1618, un pequeño lugar llamado Villa de Córdoba de los Caballeros, donde ella vivía en uno de los montes más altos, y cuya leyenda ha sido contada de generación en generación.
Era poseedora de una belleza excepcional, y sabía todo sobre plantas y remedios medicinales que ayudaban a alivianar los dolores físicos de los habitantes de la región, pero también los dolores del alma.
Sin embargo, aunque su fama era grande y sus curaciones solían tener un efecto benéfico para quienes acudían con ella, su reputación y vida se pusieron en peligro, debido a las habladurías de la gente.
Los chismes de que hechizaba a los hombres con su apariencia física o las constantes dudas sobre la procedencia de sus poderes curativos comenzaron a intensificarse.
Debido a que 'La Mulata' no podía hacer nada al respecto, continuaba con su vida lo más normal que le era posible. Un día conoció a Don Martín de Ocaña, quien era el alcalde de Córdobay se enamoró perdidamente de la joven.
Entre regalos ostentosos y cortejos fallidos, Ocaña insiste e insiste para que la curandera le haga caso, pese a que sólo recibe negativas de la joven.
Se dice que el enojo y el golpe al ego del alcalde fue tal que decidió vengarse, y aprovechando lo que se decía en el pueblo, la acusó de 'bruja' y de obligarlo a beber algún menjurje para perder la cordura.
¿Qué pasó con la Mulata de Córdoba?
Fue arrestada y llevada contra su voluntad a la cárcel de San Juan de Ulúa. Pero lo peor fue que la condena era ser quemada viva en la plaza pública y con leña verde.
Los días transcurrieron y llegó la noche previa a que fuera la ejecución de la mujer. Por ello, 'La Mulata' creyó pertinente hacer válido un último deseo. Le habló al guardia de seguridad y le hizo una sola petición: "¿Me prestaría un carbón?".
Se desconoce si en aquel momento el encargado del lugar se rió, pero lo que sí aconteció es que decidió dárselo. 'La Mulata' se puso a trazar de inmediato un barco y así continuó toda la noche y parte del otro día sin descanso.
Cuando estaba a punto de llegar el atardecer, la joven miró fijamente al guardia y le dijo: "¿Qué le falta?", y le respondió: "Que navegue".
'La Mulata' sentenció: "Mira como navega", ante el asombro del guardia, que vio cómo el barco comenzaba a moverse y casi al mismo tiempo, cómo la joven saltaba al barco de gris.
El barco se perdió entre las miles de olas y el horizonte que ella dibujó. Ni el alcalde, ni el vigilante, ni nadie del pueblo volvieron a saber algo sobre 'La Mulata de Córdoba'.