Padre Kino: ¿Por qué desapareció el vino tinto de nuestros abuelitos que no tenía corcho?

El vino tinto es una bebida que surgió gracias a la fermentación de la uva; según la técnica de vinificación, será el color que tome. Para un mejor reconocimiento a simple viste, los vinos jóvenes tienden hacia los matices rojos, púrpuras y azules.

Seguramente, muchos recuerdan al famoso vino Padre Kino en la casa de sus abuelitos, quienes tengan más de 30 años es muy probable que lo hayan visto en fiestas y reuniones de sus papás y tíos, pues era muy reconocido en la década de los 80.

A esta bebida se le considera ‘el papá’ de los vinos en México, el cual cambio la concepción que se tenía de tomarlo solo en ocasiones muy especiales, pues muchas familias mexicanas tuvieron acceso al vino tinto gracias a su costo accesible.

¿Por qué desapareció el vino tinto Padre Kino?

La última vez que se vieron las botellas de Padre Kino en los estantes de los supermercados fue en 2011, extinguiendo así un ‘gran’ cachito de la historia vinícola nacional.

Su desaparición se debió en gran medida al auge de botellas económicas a nivel nacional, aunado a la presentación en envases de tetrapack.

En 1975 fue muy bien recibido un vino tinto económico que no tenía corcho, por lo cual era más fácil de abrir y buscaba llegar a más paladares mexicanos. Algo que también llamaba la atención fue uno de los primeros comerciales en el que aparecía el actor Sebastián Ligarde, quien ahora enfrente un terrible diagnóstico que compromete su salud.

Características y precio del vino Padre Kino

Su dueño era Pedro Domeq, su procedencia eran los viñedos de Baja California “Valle de Guadalupe B.C” -como se leía en su etiqueta- y su último precio rondaba los 60 pesos mexicanos. Su eslogan: “Padre Kino, qué padre vino” y envase reutilizable lo ayudaban a ganar cada vez más consumidores.

Sin duda, con su sabor frutal y fresco, el Padre Kino llegó a quitarle lo snob a los vinos mexicanos, aunque ahora está descontinuado y solo queda en el imaginario colectivo la bebida cuyo nombre se inspiró en Eusebio Francisco Kino, misionero jesuita que ayudó a muchos pueblitos en Baja California.

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