Como si fuera la primera vez: AMLO "recuperó" el Zócalo de la CDMX

"Amigas, amigos, como en los mejores tiempos nos volvemos a concentrar", así arrancó Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, el discurso con motivo de su tercer año de gobierno, mismo que rindió ante alrededor de 250 mil mexicanas y mexicanos que abarrotaron el Zócalo de la Ciudad de México este 1 de diciembre. Cecilia fue una de las miles de seguidoras que decidió atender la convocatoria del mandatario mexicano para celebrar el primer “AMLOFest” postpandemia, por lo que viajó junto a sus hijos desde Oaxaca en autobús para presenciar el informe del mandatario, incluso a pesar del riesgo de contagiarse de COVID-19. La mujer aseguró no tener temor a contraer el coronavirus porque “todos iban protegidos”, al tiempo que justificó que vale la pena el riesgo por apoyar a AMLO: “Si es para bien de nuestro país pues hay que arriesgarnos”. Por fin, luego de casi dos años, el presidente López Obrador pudo tener contacto frente a frente con sus seguidores, lo que convirtió lo que antes sería un informe de gobierno monótono en una auténtica fiesta como las que le gustan, con un discurso largo y un Zócalo repleto de seguidores ovacionándolo, escena que contrasta con los actos anteriores o incluso con celebraciones como los pasados gritos de Independencia. Desde las primeras horas de este miércoles, cientos de mujeres, hombres, niñas, niños y adultos mayores provenientes de Oaxaca, Chiapas, Sonora y otras entidades comenzaron a llegar, la mayoría con banderas, gorras y playeras con el rostro de López Obrador, para expresar su apoyo al presidente cuando llega al fin la primera mitad de su sexenio y comienza la recta final.

Simpatizantes de AMLO mostraron su apoyo con distintos artículos y hasta disfraces. Foto: Martín Rocha Gracias al éxito del “AMLOFest”, el presidente pudo celebrar que retomó el control del Zócalo capitalino, mismo que había perdido luego de que éste se volviera escenario de protestas de parte de su opositores, como el Frente Nacional Anti AMLO (Frena), las protestas feministas y hasta de Mary Sainz, pareja de Israel Vallarta, a quien exige que se le aplique la Ley de Amnistía, e incluso tras las burlas que recibió por la réplica de cartón del Templo Mayor. Por tratarse de su primer evento masivo a más de 20 meses del inicio de la pandemia de COVID-19 en México, el presidente López Obrador invitó a las y los mexicanos a abarrotar el Zócalo capitalino con uso "voluntario" de cubrebocas, convocatoria que fue respondida por decenas de miles de seguidores, tantos que podrían llenar dos y media veces el Estadio Azteca.

Seguidores de AMLO llenaron la plancha del Zócalo. Foto: Karime López Ni la amenaza de la variante Ómicron, ni la posibilidad de una cuarta ola de COVID-19 en el país ni el hecho de ser un día hábil fueron impedimento para que cientos de miles de mexicanas y mexicanos acudieran al Centro Histórico de la capital; algunos eran conscientes del riesgo que corrían, mientras otros caminaban sin cubrebocas entre toda la gente sin mostrar preocupación alguna. Tal fue el caso de Ernesto, habitante de la Ciudad de México que decidió acudir sin cubrebocas, pues dijo que no acostumbra utilizarlo, además de que está vacunado contra COVID-19, lo que, en su opinión, es protección suficiente. Cerca del mediodía, las medidas sanitarias aún podían notarse entre los asistentes al AMLOFest: la mayoría portaba cubrebocas, familias que llevaban su propio gel antibacterial o desinfectante en spray, así como esfuerzos por mantener la sana distancia, mismos que fueron inútiles ante la llegada masiva de gente ya entrada la tarde. En los accesos del Zócalo capitalino había personal del gobierno federal y de la Ciudad de México invitando a la gente a guardar distancia y usar correctamente el cubrebocas. A quienes no lo llevaban, se les regalaba uno, pero de vez en cuando algún asistente escapó al llamado y siguió el camino sin atender las invitación.

Filtro sanitario sobre Av. 16 de Septiembre. Foto: Karime López “Yo llegué desde las 8:30 de la mañana”, “vine desde Michigan, Estados Unidos, para apoyar la causa” “venimos desde la ciudad de Xalapa, Veracruz. Nos organizamos para juntar dinero para el camión entre compañeros del movimiento (Morena)”, es lo que contaron las personas que desde temprano ocuparon las sillas que se colocaron a unos metros del templete donde más tarde AMLO daría su mensaje. Mientras algunos de los más fieles seguidores del presidente ya estaban en el primer cuadro capitalino para apartar el mejor lugar y poder verlo “aunque sea de lejitos”, en la Alameda Central se formaba una marabunta de agremiados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quienes arribaron a bordo de decenas de camiones listos para apoyar al mandatario. Los maestros acudieron a la cita todos muy bien uniformados: mientras los agremiados vestían pants negros con vivos en amarillo o naranja, sus dirigentes y coordinadores vestían camisas color azul con el logo del sindicato bordado en color naranja. Fiel a su antigua tradición, el SNTE no permitió que los docentes pasaran hambre o sed durante las largas horas que esperarían para ver al presidente, para lo cual se armó con cientos de “lunchs”: botellas de agua y latas de refresco, los cuales fueron repartidos entre los sindicalizados.

Personal del SNTE reparte tortas entre los asistentes al informe de AMLO por el tercer aniversario de su gobierno. Foto: Martín Rocha La calle de Madero, una de las más conocidas del Centro Histórico de la Ciudad de México, se convirtió en una pasarela similar al “sambódromo” de Río de Janeiro por la cual desfilaron decenas de contingentes que llegaron hasta la Plaza de la Constitución para expresar su respaldo al tabasqueño.

Música y baile en el corredor Madero previo al mensaje de AMLO. Foto: Martín Rocha Los colectivos de Oaxaca y Chiapas fueron dos de los más destacados, no sólo por el gran ambiente que generaron gracias a las bandas de música que los acompañaban, sino también por el colorido de los trajes típicos que portaban y sus animados bailes. Fue así como, durante aproximadamente 4 horas, fueron llegando uno a uno los contingentes de seguidores de AMLO, todos ellos integrados una gran diversidad de personas: mujeres, jóvenes, grupos indígenas, sindicatos de taxistas, trabajadores de limpia y transporte y hasta algunos organizados por senadores o legisladores de Morena.

La fiesta comenzaba desde calles de acceso al Zócalo capitalino. Foto: Martín Rocha Para algunos, este evento también fue la oportunidad para recuperar algo de dinero. Como Manuel Jiménez, serigrafista de Ecatepec, en el Estado de México, y padre de cuatro hijos. Llegó desde el mediodía para vender banderas con la imagen del presidente López Obrador. “Ahorita mi trabajo está algo bajo y con esto pues un poquito, más o menos, hay venta”. Su meta era vender entre 2 mil y 3 mil pesos, cada una estaba en $30.

Manuel Jiménez, vendedor de banderas con la imagen de AMLO. Foto: Karime López Pero el caso de Manuel no fue el único, pues decenas de comerciantes aprovecharon el “AMLOFest” para intentar recuperarse del duro golpe que les dio la pandemia vendiendo todo tipo de artículos con la imagen y el nombre del presidente: playeras, tazas, gorras, banderas, peluches, muñecos llaveros y hasta su libro “A mitad del camino”. Había souvenirs para todos los bolsillos, se podía comprar desde una foto del mandatario en 20 pesos, un pin con su imagen en 35 o un muñeco de plástico en 50, hasta una playera con su rostro en 120, un “amluche” en 200, e incluso el libro escrito por él, el cual se vendía por 220 pesos. Como cada ocasión que se presenta un evento de esta magnitud, los vendedores no dejaron pasar la oportunidad y lanzaron al mercado un nuevo producto: el “paraguAMLO”, con el cual, decenas de seguidores del tabasqueño lograron resguardarse de los intensos rayos del sol que golpearon durante toda la tarde en el primer cuadro de la capital.

A la llegada al evento se vendían sombrillas con la imagen del presidente. Foto: Martín Rocha En el templete la música comenzó muy puntual, a las 14:30 de la tarde como se anunció en la agenda, con el mariachi de la Secretaría de la Defensa Nacional. En ocasiones los artistas lanzaban un mensaje especial, como el cantante veracruzano Byron Barranco, que dedicó canciones a la familia del presidente López Obrador y aprovechó para felicitar a su hija que cumplía 4 años. Mientras más avanzaban las horas era prácticamente imposible acercarse a Palacio Nacional y en las calles de acceso al Zócalo, la gente seguía llegando. En punto de las 5:00 de la tarde, justo cuando el Zócalo se encontraba a su máxima capacidad, el sonido local anunció la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador al escenario, lo que generó la ovación de las 250 mil personas que se encontraban ahí presentes. Antes de iniciar su mensaje, fueron presentados uno a uno los funcionarios que lo acompañaban, lo que generó reacciones diversas entre los asistentes. Como era de esperarse, una de las ovaciones más grandes fue para Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, a quien incluso algunos le gritaron “¡presidenta, presidenta!”. El canciller Marcelo Ebrard y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, fueron los dos integrantes del gabinete presidencial más aplaudidos por los presentes. Por el contrario, cuando fueron nombradas Delfina Gómez, secretaria de Educación Pública, y Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo, un abucheo resonó en la plancha del Zócalo. La mayoría de los 250 mil mexicanas y mexicanos presentes en el evento se mantuvieron atentos al discurso de más de una hora del mandatario, en el que presumió, hablando más rápido de lo acostumbrado en sus conferencias matutinas, los avances de su gobierno en el combate a la corrupción y la atención a los grupos vulnerables mediante la distribución de programas sociales.

Seguidores de AMLO durante el mensaje del presidente. Foto: Martín Rocha A pesar de que el presidente fue interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de sus seguidores, hubo tres momentos en los que la ovación de los presentes fue mayor: cuando se refirió a la labor de las Fuerzas Armadas, cuando prometió que el próximo año estará lista la vacuna mexicana “Patria” contra la COVID-19 y cuando llamó a respaldar la consulta para la revocación de mandato. Horas antes, voluntarios aprovecharon el evento para instalar módulos en los accesos a la plancha del Zócalo y reunir firmas para apoyar la revocación de mandato.

Voluntarios invitan a los asistentes a firmar para apoyar la consulta sobre la revocación de mandato. Foto: Karime López Cuando López Obrador finalizó el discurso, ya no se observaban los filtros que instalaron servidores públicos para cuidar las medidas sanitarias a pesar de que era mucho mayor la afluencia de personas que transitaban por calles aledañas. Decenas de personas se aglomeraban para dejar el Zócalo capitalino que AMLO retomó, aún con pandemia. Para Raúl Villegas, de Atotonilco de Tula, en Hidalgo y afiliado de Morena, es costumbre ir a los eventos del gobierno que se presentan en el Zócalo. Al final hizo una reflexión sobre la primera mitad del gobierno y el llamado de AMLO en este 1 de diciembre: “Sí, hay un riesgo por la pandemia, pero aquí estamos. Yo creo que todavía estamos convencidos de que a este gobierno le hace falta más, pero que sigue trabajando y venimos a apoyarlo y que sienta el respaldo del pueblo”. O como dijo Cecilia, "si es para bien del país, hay que arriesgarnos".

Venta de la foto de AMLO a la salida del Zócalo. Foto: Karime López