CDMX abre sede de vacunación tras caos en la Biblioteca Vasconcelos, pero pocos asisten
Con la ilusión de volver a reunirse con sus amigos luego de casi 2 años de no verlos debido a la pandemia, Giuliana, de 17 años, fue una de las miles de adolescentes capitalinos que acudieron a vacunarse contra la COVID-19, pero a diferencia de otros, ella no tuvo que hacer largas filas ni esperar por horas para ser vacunada. Lo anterior fue gracias a que acudió a la sede emergente habilitada por autoridades de la Ciudad de México luego del caos que se registró el pasado martes 30 de noviembre durante el primer día de vacunación a menores de 15 a 17 años en la Biblioteca Vasconcelos, sede que fue habilitada para recibir a todos los jóvenes que habitan en cuatro alcaldías: Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza. La joven llegó acompañada de su tía a su cita en el Pepsi Center minutos después de las 9:00 de la mañana y, gracias la poca afluencia de personas, pudo salir menos de una hora después ya inoculada con la primera dosis de la vacuna de Pfizer, misma que fue aprobada por la ONU para su aplicación en menores de edad. Al salir, aseguró sentirse un poco más tranquila ante el riesgo de contagiarse de coronavirus, sin embargo, afirmó que continuará aplicando las medidas sanitarias recomendadas por autoridades para evitar contraer la enfermedad. Lo único que criticó Giuliana fue el tiempo que tardó para recibir la vacuna contra COVID: casi un año después de la aplicación de la primera vacuna en México y 8 meses después de que comenzara la vacunación de adultos mayores.
Giuliana fue una de las miles de adolescentes capitlinas que han acudido a vacunarse contra la COVID-19. Foto: Aldo Gutiérrez
Adolescentes llegaron al Pepsi Center acompañados por un adulto. Foto: Aldo Gutiérrez
Uno de los requisitos indispensables para ser vacunados es que los menores lleven su comprobante de vacunación impreso. Foto: Aldo Gutiérrez Luego de que este martes autoridades de la Ciudad de México se vieran rebasadas por la gran cantidad de menores de 15 a 17 años que acudieron a la Biblioteca Vasconcelos para vacunarse, este jueves fue abierta una nueva sede, sin embargo, la afluencia de personas fue mucho menor a la esperada. Esta situación posiblemente se debió a la poca promoción que autoridades capitalinas hicieron a la nueva sede, pues apenas informaron acerca de su apertura con una publicación en su cuenta de Twitter, mientras que en el sitio vacunacion.cdmx.gob.mx no aparece el Pepsi Center como sede habilitada para la vacunación contra COVID. Alrededor de las 9 de la mañana, afuera del recinto aledaño al WTC no se observaba fila alguna, mientras los adolescentes llegaban a cuentagotas, la mayoría acompañados por su madre o algún adulto que se hiciera responsable de ellos.
Esta situación contrasta con lo vivido el pasado martes en la Biblioteca Vasconcelos, sede de vacunación que se vio rebasada desde las primeras horas del día debido a la gran cantidad de menores de 15 a 17 años que acudieron para aplicarse la primera dosis de Pfizer contra el COVID-19. Hay gran entusiasmo entre los jóvenes mexicanos por vacunarse contra el coronavirus, por lo que, incluso, algunos se organizaron para llegar en grupo y ser vacunados todos al mismo tiempo. A pesar de que uno de los requisitos para recibir la vacuna es que los menores vayan acompañados por un adulto, algunos sólo fueron acompañados por sus amigos o su pareja, situación que no impidió que les fuera aplicado el biológico.
Algunos jóvenes incluso se organizaron para acudir en frupo a vacunarse. Foto: Martín Rocha
En la entrada del recinto, personal de la CDMX orientaba a los adolescentes que llegaban a vacunarse contra la COVID. Foto: Martín Rocha
Al interior del recinto incluso se instaló un módulo para relalizarse un chequeo de presión para cualquier persona. Foto: Aldo Gutiérrez Antes de ingresar al Pepsi Center, voluntarios del Gobierno de la Ciudad de México se encargaban de verificar que los adolescentes contaran con la documentación para poder ser vacunados; en algunos casos tuvieron que impedir el paso a madres e hijos que traían su documentación de forma digital, pues es obligatorio llevarla impresa. Posteriormente pasan por un último filtro antes de llegar a la zona en la que serán inoculados, es ahí en donde son separados de sus padres o tutores, quienes los esperan en una zona especial para ellos; una vez que fueron vacunados, pasan al área de espera y luego de 30 minutos salen del recinto. Al salir, prácticamente todos los menores se veían contentos por estar protegidos contra el COVID-19. Ir a la escuela, salir con sus amigos o evitar enfermar de gravedad, son las principales razones que motivaron a los adolescentes para acudir a vacunarse al Pepsi Center.
Por otra parte, las madres y padres de familia que acompañaron a sus hijos a vacunarse dijeron sentirse un poco más seguros de que sus hijas e hijos cuenten con mayor protección y tengan menor riesgo de enfermar gravemente de coronavirus; sin embargo, recalcaron que es necesario mantener las medidas sanitarias para prevenir el contagio. Al tener entre 15 y 17 años, la mayoría de los adolescentes que acudieron al Pepsi Center cursan actualmente la preparatoria, por lo que no todos habían tenido la oportunidad de regresar a clases presenciales; al respecto, las y los tutores esperan que gracias a la vacunación puedan volver a la escuela. Respecto a la organización del personal del gobierno capitalino asignado a esta sede, la mayoría la calificó como muy buena y recalcó que no tuvo que esperar mucho tiempo o hacer largas filas para ser vacunados.
La mayoría de los adolescentes lucían felices luego de ser vacunados. Foto: Aldo Gutiérrez
Foto: Aldo Gutiérrez Sin embargo, durante esta jornada de vacunación también se suscitaron algunas situaciones conflictivas. Al salir del recinto, la señora Janette aplaudió que ni ella ni su hija tuvieron que esperar durante horas para recibir la vacuna anti-COVID, pues, dijo, había escuchado que en la Biblioteca Vasconcelos, algunos esperaron formados hasta 4 horas. Pero, consideró, no todo fue color de rosa, pues, según relato, médicos estuvieron a punto de darle un medicamento caduco a su hija luego de que sintiera algunas náuseas y malestar estomacal tras ser vacunada. Por otro lado, el señor Omar, quien acompañó a su hija a ser vacunada, aseguró sentirse más tranquilo de que la menor regrese a clases presenciales, pues gracias a la vacuna corre menos riesgo de enfermar gravemente de Coronavirus.
La mayoría de las y los jóvenes acudieron acompañados por sus madres. Foto: Aldo Gutiérrez
Como en ocasiones anteriores, voluntarios de la CDMX auxiliaron a personas con discapacidades que acudieron a vacunarse. Foto: Martín Rocha