3 intentos en 5 meses: el migrante Josué Tiul no cesa en busca del “sueño americano”
Josué Tiul , de 25 años, lo tiene claro: su meta ya no es quedarse en su natal Guatemala, ni tampoco permanecer en México. Él, como muchos en la caravana migrante, quiere llegar a Estados Unidos , aunque sea la tercera vez que lo intenta en menos de 5 meses. Él es uno de los más de 300 migrantes que forman parte de la caravana que salió el pasado 23 de octubre de Tapachula, Chiapas , con la esperanza de atravesar la frontera norte de México . Josué se les unió un día después desde el municipio de Huixtla en ese mismo estado y en esta última ocasión lleva más de 50 días de camino. En Guatemala, Josué trabajaba en una empresa empacadora de alimentos y ganaba al mes 2 mil 800 quetzales, aproximadamente 7 mil 500 pesos mexicanos. Además, tenía un negocio de comida rápida con su esposa; pero asegura que entre la crisis económica por el COVID-19 y el “cobro de piso” de casi 1 mil quetzales (mil 700 pesos) que le pedían pandillas, decidió dejar su país para buscar un futuro mejor. “Yo trabajando, mi esposa en el negocio. Vivíamos bien, no teníamos una vida de lujo tampoco. No tuve un sueño americano hasta que caen los pagos de piso y cae la pandemia”, asegura Josué.
Josué es uno de los integrantes de la caravana migrante que descansa en la Ciudad de México. Foto: Aldo Rafael Gutiérrez
5 meses como migrante
La primera vez que lo intentó fue aproximadamente hace 5 meses, salió con 10 mil pesos mexicanos y consiguió llegar a Tuxtla Gutiérrez. Poco después fue detenido por autoridades migratorias que lo regresaron a Guatemala. Con el dinero sobrante volvió a hacer un nuevo intento. Y esta vez, entre transporte público, trenes y días enteros de caminatas logró llegar de Saltillo, Coahuila hasta la entrada de Estados Unidos por Texas , cerca de San Antonio . “A lo ciego me lancé yo al desierto, caminé tres días y una noche”, relata Josué. Él iba a pagar 2 mil dólares (unos 40 mil pesos) a una persona para que lo llevara con un amigo en aquel país. Justo mientras esperaba que lo recogieran fue detenido por autoridades fronterizas que lo llevaron a los centros de detención temporales también conocidos como “hieleras”, donde estuvo por una semana. Josué lo recuerda bien: “tú tienes que dormir lo más pegado que puedas con otra persona, prácticamente un apartamento de 6 X 6 metros y cabían 60 personas”. También recuerda cómo lo regresaron a México en camión y desde Monterrey lo deportaron en avión a Guatemala.
El tercer definitivo
Decepcionado, triste y frustrado tomó unos días antes de volver a intentarlo. Una vez más dejó a su esposa y a sus dos hijas menores de edad. Un recuerdo lo hizo retomar su meta: “Un viejo amigo me dijo: hazte la promesa de 100 veces le intento hasta que logres pasar, no importa. Estados Unidos no se mueve de ahí”, repite Josué mientras cuenta su historia. Ahora es la primera vez que intenta atravesar México pidiendo dinero en la calle o con lo que la gente le regala; porque el ahorro que tenía antes se le acabó. Pero ni con todas las dificultades se le borra el sueño que tiene en mente: trabajar en Estados Unidos. Para mandar dinero a su familia en Guatemala, incluyendo a su mamá que desea comprarse una casa propia. También le gustaría arreglar su situación migratoria para volver a ver a su familia “cueste lo que cueste”. Con estos y más pensamientos en la cabeza, como el de su hermana con quien hizo una videollamada la noche del miércoles para saber cómo le va en México, el de su hija mayor que recién cumplió 7 años y le pide “que le lleve algo” de su viaje o incluso los amigos que hizo cuando se integró a la caravana; así es como Josué cuenta su historia mientras espera afuera de la Secretaría de Gobernación (Segob) , en la Ciudad de México , el diálogo entre autoridades del gobierno federal y capitalino con representantes de los migrantes. Ahí sobre la calle toma un tiempo para mostrar qué cosas lleva en esta “travesía”, como a él le gusta llamarla: un celular, una batería recargable que prestó a sus compañeros, identificaciones, medicinas, el rosario que su esposa le regaló cuando se casaron y que nunca se quita; y hasta una imagen religiosa que se encontró en la calle cerca de la Basílica de Guadalupe el pasado 12 de diciembre.
El rosario que la esposa de Josué le regaló cuando se casaron. Foto: Aldo Rafael Gutiérrez
Josué guarda imágenes religiosas que lo acompañan en el trayecto. Foto: Aldo Rafael Gutiérrez Al ser católico, la guarda en el camino y agradece que puede seguir adelante, “Dios es grande, a mí me ha cuidado demasiado las dos veces que he caminado. Con esta son tres”. Sobre el COVID, dice que no sabe si ya se contagió y cuenta que ya se vacunó en su país de origen. Aunque extraña a su familia, afirma que prefiere viajar solo porque dice que él ve cómo niños y niñas sufren, por ejemplo, cuando tienen sed, hambre y frío. “No deseo para mis hijas esto, México es muy peligroso”, comenta mientras los hijos de migrantes centroamericanos descansan y duermen sobre el piso atrás de él.
Josué en el camino para llegar con la caravana a la Ciudad de México desde Puebla. Foto: Josué Tiul Después de reflexionar sobre este camino, Josué toma sus cosas de nuevo y regresa a buscar dónde sentarse en la sombra; mientras, espera un acuerdo para poder transitar por México e intentar cruzar hacia Estados Unidos una vez más. “Creo que al final lo tenemos ganado. Nos merecemos un apoyo del gobierno mexicano. Tanto sufrir en este camino”, comenta Josué durante la espera del veredicto en Gobernación .
Segob llega a un acuerdo con caravana migrante
La mañana del miércoles migrantes salieron en cuatro autobuses de la Casa del Peregrino, en la alcaldía Gustavo A. Madero, hacia el Zócalo capitalino para pedir que se les permita el libre tránsito por el país. Ahí una comisión dialogó con la directora de Atención Ciudadana de Presidencia, Leticia Ramírez .
Manifestación de migrantes para pedir libre tránsito por México. Foto: EFE Después marcharon por el centro de la Ciudad de México rumbo al Senado y luego llegaron a la Secretaría de Gobernación donde el subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, Rabindranath Salazar , encabezó un diálogo entre autoridades de la dependencia, del gobierno capitalino y de organizaciones con representantes de la caravana migrante.
Migrantes centroamericanos en espera de los acuerdos del diálogo con SEGOB. Foto: Aldo Rafael Gutiérrez Tras más de 5 horas de diálogo, se acordó que se revisaría la situación de cada migrante y si desean quedarse en México o transitar para llegar a Estados Unidos. Por otra parte, la Secretaría de Gobernación informó que en caso de que necesiten visas humanitarias, se expedirán lo más pronto posible y que el próximo 17 de enero habrá otra reunión para dar un seguimiento e instalar una mesa permanente de mejora regulatoria de coordinación interinstitucional. En entrevista con Andrea Meraz para Grupo Fórmula , la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez , dijo que hasta el martes 15 de diciembre había 435 personas en la Casa del Peregrino, entre ellos 93 niños.