Francia lucía poderosa para llevarse la Copa del Mundo por segunda ocasión consecutiva. Sólo se interponía entre los galos y la copa, la Argentina de un herido Lionel Messi. La final fue quizá la mejor que se haya visto en la historia del torneo y el astro del PSG –qué irónico- alzó por fin el trofeo más anhelado del deporte.
Reuters | Si Francia gana el domingo a Argentina, el hombre se volverá rico en con medio millón de dólares.
Kylian Mbappé anotó tres veces en esa final. Fue el goleador del torneo y la gran estrella de su país. Su brillo opacó a los demás, a quienes hicieron una labor importante, pero más silenciosa, como la de Griezmann. Ahora entre ambos dos hay polémica por la capitanía.
En el último partido de Francia, la capitanía no era un problema porque el gafete estaba en al brazo de Hugo Lloris, portero del Tottenham, pero las cosas cambiaron cuando el meta decidió renunciar a la selección. En ese sentido, L'Equipe informó que Didier Deschamps eligió con mucho cuidado.
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Sin embargo, la estrella del Atlético de Madrid está molesto porque siempre ha sido leal a su país y a Deschamps y por eso se siente “traicionado”. Incluso el atacante de 32 años estaría pensando en dejar el futbol internacional como ya lo ha hecho Karim Benzema.
El delantero del Real Madrid anunció en diciembre del año pasado que no jugaría más con Francia. Pasó justo un día más tarde de que Argentina le ganara a su nación y ahora esta posibilidad ronda en la cabeza de Griezmann. Por ahora sabemos que podría haber Guerra Civil en los galos tras la decisión de que Mbappé sea el nuevo capitán.
