Vamos, América vs. Goya: el Clásico Capitalino tuvo dos ‘batallas’

Faltan 15 minutos para las 7 de la tarde. En el campo del azteca ya están listos los 22 ‘generales’ en el primer frente. Once visten de amarillo, la otra mitad, son auriazules. En la tribuna miles con los mismos colores están listos para luchar con sus gargantas. Es el “Vamos, América vs. Goya”: el Clásico Capitalino de las dos ‘batallas’.

El balón todavía no salía del punto blanco de en medio de la cancha, pero un silbido ya emocionaba a la mitad del estadio. No era el del árbitro para dar comienzo al América vs. Pumas, era la señal universal de los felinos para comenzar su gritó de guerra: “Goya, Goya, cachún, cachún, ra, ra!”.

Del otro lado, los americanistas hacían cualquier cosa para enmudecer esa famosa porra en su casa: chiflidos, mentadas de madre y abucheos, todo servía. El partido daba inicio con miles de voces tratando de empujar a los suyos, y al balón, a la portería contraria.

Partido de alto riesgo, dicen las autoridades y cómo no. Los de playera blanca lanzaban insultos que los jugadores no podían oír, pero sí que lo hacían los fans de amarillo. Una mantada de madre se respondía con otra más fuerte, pero nadie se volteaba a ver. Gritos anónimos en busca de hacer enojar al otro.

Gol de Henry Martín y explota el Azteca. El Goya enmudece, hasta que el VAR les da vida y anula el tanto. Nadie vio la repetición, pero universitarios claman al colegiado, mientras que los azulcremas le dicen al árbitro de lo que se va a morir. El juez sigue su camino porque en realidad, nada puede entender.

La tribuna no tenía un color definido. En la cabecera sur del estadio, la porra más numerosa del conjunto de Coapa trataba de orquestar el ‘Vamos, América’ para despertar a los dispersos; en la lateral alta del Azteca, ‘La Rebel’ se hacía presente con una franja de miles auriazules que hacía lo mismo: “el Pumas no tiene mujer, el Pumas no tiene marido, pero tiene un hijo put… que se viste de amarillo”.

Hasta la televisión pudo oír ese grito, pero aquí no hay sanciones de la FIFA, ni se detiene el partido. Primeros 45 minutos y empate, tanto en la cancha, como en la tribuna. Para aguantar la segunda mitad había que refrescar la garganta y la cerveza era la mejor solución.

Con ‘La Chona’ en la bocinas del Estadio, olvidamos por un instante los colores. Auriazules y americanistas bailaban al ritmo de la música. Pero todos retomaron sus lugares cuando el segundo silbatazo se escuchó.

Minuto 60 y las redes no se mueven, pero un auriazul cae a la cancha. ¿quién es? Quién sabe porque la gente estaba metida en lo suyo: gritos por todos lados a ver quién lo hacía más fuerte. El desempate llegó 10′ después cuando ‘Cabecita’ Rodríguez cobró el penal.

Gol del nuevo líder de la competencia y el ‘Vamos, América’ retumbó. En el tramo final del encuentro ya no se distinguían porras porque el murmullo de los nervios se apoderaba de los más de 62 mil aficionados que se hicieron presentes. El partido se acabó entre aplausos, pero no abucheos.

“Goya, Goya, cachún, cachún, ra, ra!” gritó la ‘Rebel’ a sus jugadores, que se acercaron a la tribuna a pesar de haber perdido. Ese fue el último aliento de una afición derrotada. El ‘Vamos, América’ se impuso en el Azteca y todos a casa, se había acabado el Clásico Capitalino de las dos batallas.