Ronaldinho: Así puso a sus pies al Estadio Azteca tras dar un 'baile' al América

En 2015 los Gallos Blancos de Querétaro dieron la campanada en la Liga MX cuando anunciaron la contratación de Ronaldinho; entre sus partidos memorables no solo están los de la final que disputaron en 2015, sino también la vez que hizo bailar a los asistentes del Estadio Azteca cuando dos veces sacudió las redes del América.

Dinho llegó a México ya en el final de su carrera, lo había ganado todo en Europa y se decidió por el país luego de que la directiva del club queretano fue hasta Brasil a tomar unas cervezas con él; ese gesto hizo que se decantara por la Liga MX a pesar  de que era la oferta que menos dinero le representaba.

En su andar por el país únicamente disputó dos torneos: el Apertura 2014 y el Clausura 2015, con apenas 20 juegos en total con 14 titularidades; en su aventura metió 7 goles y dos de ellos fueron para las Águilas, en un partido disputado el 18 de abril de 2015.

¿Cómo bailó Ronaldinho al América?

Aquella ocasión se jugaba la jornada 14 del torneo Clausura 2015 y Querétaro llegaba con un 11 titular en el que Dinho no figuraba; en ese momento Víctor Manuel Vucetich, técnico de Gallos Blancos, decidió que el talento del brasileño podía usarse para la segunda parte... y no se equivocó.

El club capitalino en ese entonces no pasaba por su mejor momento a pesar de ser el vigente campeón y ese día, los jugadores vestidos todo de un atípico verde, demostraron por qué iban tan mal las cosas: en el primer tiempo, con goles de Yasser Corona al minuto 23 y de Orbelín Pineda al 44, ya iban perdiendo 2-0.

Con el partido controlado, Vucetich decidió en la recta final que era momento de que el brasileño camiseta 49 entrara. Tan rápido se dio la afición local cuenta de esto, comenzó a aplaudir a pesar de que su equipo iba perdiendo.

Al minuto 83 "la sonrisa del futbol" comenzó a correr hacia el campo de juego cobijado de los aplausos de la gente. Tan solo 120 segundos más tarde, luego de un contragolpe magistral, Dinho marcó gol en la primera pelota que tocaba y la afición del Azteca lo gritó como si hubiera sido de su equipo. Infundado en su uniforme blanco, el astro se puso a bailarle a la gente.

Pero ahí no terminó todo, pues en tiempo de compensación, al minuto 92, luego de una pared golpeó el balón con una sutileza característica solo de los grandes jugadores, para poner el balón en el ángulo inferior derecho y marcar su doblete. De nuevo, la afición no abucheó, volvió a gritar la anotación y acompañó al brasileño mientras bailaba otra vez en el césped del Azteca.

Al ritmo de sus mejores pasos, ese día, con sólo 10 minutos en el campo, Ronaldinho le bailó al América: primero con sus goles y después con sus festejos para poner el definitivo 4-0 de aquella ocasión.